Mucho ruido, aunque haya pocas nueces. Es lo que le ha pasado ahora al coronel en la reserva José Conde Monge, el hombre que leyó, como portavoz del Ministerio de Defensa, la sentencia contra las golpistas del 23 de febrero de 1981.
Conde Monge ha tenido una irregular trayectoria. Colgó los hábitos –caquis- para pasar a la segunda actividad, pero, de hecho, siguió en la brecha a través de una primera asociación de militares que ha desembocado en última instancia en la Asociación de Militares Españoles (AME) que es la que acaba de soltar la propuesta para formar el futuro glorioso Ejército español: que se vuelva a la mili, pero que se incorporen mujeres. Bueno, algo vamos ganando.
Conde Monge se ha distinguido por varias razones: primera, por ser el látigo que fustigaba a Felipe González durante sus mandatos presidenciales –y, naturalmente, a sus respectivos ministros de Defensa, y lo hacía desde la revista de su asociación. Pero, segunda, porque siempre ha querido un ejército de reservistas, algo que, dice, existe en el mundo, y desde luego en Europa. No tuvo suerte entonces, ni tampoco con Aznar. Y no parece que la tenga ahora con esta propuesta que nos devuelve al pasado.
Si (
No(
