¿Quo vadis, Solbes?

Cena, anoche, en torno a una importantísima persona en el organigrama del Parido Popular. Gentes e diversas profesiones, alguna de ellas muy triunfadora en lo suyo, inequívocamente votantes del PP. No hay periodistas. Preguntan a la importantísima persona por las posibilidades de victoria de los ‘populares’. Es la conversación habitual en todos los cenáculos: ¿quién ganará? Dice quien está en la presidencia de la mesa -doce personas- que hay encuestas que conceden primacía al P. Y que, ¿por qué no? habrá posibilidades de pacto. Y las líneas maestras de la oposición pasarán por un programa electoral en el que se hará hincapié en una oferta que incluya aspectos de ‘regeneración’ de la democracia. Que uno tiene la impresión de que ahí va a residir la victoria o la derrota, no en las ofertas eventuales que hace el presidente del Gobierno y que tan poco gustan a Solbes.

Solbes... de él habla todo el mundo. Ya lo digo desde ahora: Solbes ha presentado tres veces la dimisión a Zapatero. Dos de ellas, contra las leyes de Caldera. Puede que la tercera, más recientemente. La oposición va a tratar de forzarle para que dimita, pero de verdad. Pero él, alegando lealtad hasta el final, se quedará. Aunque Zapatero y él se llevan fatal, no confían el uno en el otro. Y, por supuesto, no le consultan nada, ni lo de los dientes, ni los dos mil quinientos por niño, ni la subida de pensiones. Simplemente, como si no existiese. Curioso que el área peor gestionada del Gobierno   sea la que mejor vaya. Para que luego digan que hay justicia en este mundo.