El futuro de la Monarquía
martes 02 de octubre de 2007, 13:42h
No soy monárquica, ni siquiera "juancarlista", pero no por ello cuestiono la Monarquía parlamentaria consagrada en la Constitución, una Constitución en la que cabemos y nos ampara a todos, y que es la piedra angular del periodo más prospero y estable de nuestra historia reciente.
Por eso me preocupa que éstos días se cuestione al Rey desde el nacionalismo radical y desde ciertos sectores de la derecha, hasta tal punto que el propio monarca ha tenido que revindicar el papel de la Monarquía, su papel, desde la Transición hasta ahora. El Rey ha cumplido con el papel que se esperaba de él, estando a la altura de unas circunstancias históricas, en momentos muy difíciles, como lo fueron algunos momentos de la Transición, como aquel 23 de febrero en que Tejero intentó dar un golpe de Estado.
Aquella noche don Juan Carlos se ganó el respeto y la lealtad de millones de españoles, y hasta hoy su figura y la de la Reina, es mayoritariamente aceptada por la sociedad española.
¿Qué está pasando para que de repente se haya desatado esta fiebre antimonárquica? La respuesta no es tan simple como algunos pretenden. Es verdad que quienes queman las fotos del Rey son grupos de radicales nacionalistas, y que por otra parte también también denostan su figura gentes de la derecha radical, pero igualmente es verdad que las nuevas generaciones no se sienten vinculadas a lo que supuso la Transición, y por tanto no dan el valor que para muchos de nosotros tiene la figura de don Juan Carlos. Como igualmente hay que tener en cuenta que algunas actuaciones que tienen como protagonistas a miembros de la Familia Real, cuando transcienden, irritan a la opinión pública, o que los yernos y nuera de los Reyes, no gozan de gran consideración entre el pueblo llano.
Yo no creo que la Monarquía éste en peligro más allá de lo que lo esté la propia Constitución con la que tan alegremente se ha jugado en los últimos tiempos. Si sé que somos muchos los que queremos que las cosas continúen como hasta ahora: con esta Constitución que consagra un modelo de Estado en el que España es una Monarquía parlamentaria, en la que el Rey representa unos valores ,una tradición y una historia común. Y no sé que temo más si a los radicales que queman las fotos del rey o a esa corte edulcorada que éstos días ha salido en tromba a defenderle.
A mí me parece que las cosas deberían de ser más simples, que se trata que, del Rey abajo, todo el mundo éste en su sitio, dentro de la Constitución. Y que Dios guarde al Rey de algunos de sus supuestos defensores, porque seguro que de sus adversarios se sabe guardar él.