El muy feliz congreso del PP en Sevilla

Algunos diarios, definitivamente, compiten hoy por coronarse como "el medio informativo del PP" y su órgano de expresión preferencia. Y va venciendo, con claridad, en esta puja, el diario La Razón, que es el que mayores atenciones y páginas -hasta una docena de páginas- dedica al partido gobernante y al Congreso que este fin de semana, desde este viernes, desarrolla en Sevilla. Algunos otros diarios le secundan, pero a cierta distancias. Y en todos hay atenciones amplias al evento político del partido que encabezan Rajoy y Cospedal.  Por cierto, que los poderes de Cospedal, indudable número dos, que compatibiliza el cargo con la presidencia de Castilla-La Mancha, parece que son discutidos por alguna zona del partido, o así lo relata El País, que habla de presiones de última hora en el PP para frenar el poder de la secretaria general, que parece oponerse a tener "un número tres", que otros reclaman. Según la misma crónica, también está por aclarar el papel futuro de González Pons, para quien no hubo cartera ministerial, y que se declaraba "huérfano" en la sede de la calle de Génova.  En fin, los chismes propios de cualquier congreso de un partido sin el grave conflicto de sobrevivir, como al propio PP le sucedió en su anterior cónclave de Valencia, hoy muy recordado. Señala un cronista que "de la misma manera que a la Pasión de Sevilla le sigue la Feria de Abril, a la pasión dolorosa del Congreso del PSOE le va a seguir la alegría y el jolgorio del Congreso del PP". Y es que el XVII cónclave de los populares de este fin de semana, se parece mucho más al Congreso de la Felicidad que organiza la Coca Cola -añade-, que a una reunión en la que el partido renueva su programa y sus órganos de dirección.

Puede medirse por la cantidad de coches oficiales que se apiñarán en los alrededores del recinto. Resulta, por tanto, inevitable la comparación con el anterior congreso del PP, el de Valencia, en 2008, cuando Mariano Rajoy era "un líder atormentado", vencido dos veces en su empeño, finalmente conseguido en noviembre, de llegar a la presidencia del Gobierno. Este fin de semana, en cambio, se sacará la espina, ya como presidente del Gobierno y líder de la mayor parte de los presidentes de los gobiernos autonómicos. Pero, en efecto, en el Congreso sevillano deberán resolverse algunas incógnitas para el mejor funcionamiento de un PP que "se ha trasladado", en buena medida, a los órganos del gobierno central o de los gobiernos regionales. Ponen de relieve, maliciosamente, los mejor informados sobre la situación interna del PP que desde que se convocó el Congreso, la secretaria general del PP, Cospedal, ha dedicado 24 horas sobre 24 a trabajar para mantenerse en el puesto. "Contra viento, marea y contra la opinión mayoritaria de los barones regionales y de cualquiera que aplique a la política el sentido común", se asegura en El País. Rajoy no ha querido intervenir, y la propia Cospedal ha llegado a "revelar" que contaba con el pleno apoyo del líder para seguir en el viceliderazgo... La segunda incógnita es qué pasará con el huérfano del 20-N, Esteban González Pons. El vicesecretario de Comunicación espera que alguien lo "repesque", una vez que todos sus compañeros se han ido a destinos ministeriales, embajadas y otros lugares llenos de glamour. Rajoy le abandonó y desde entonces aguarda en los pasillos de Génova en espera de destino. Se da por hecho que seguirá siendo vicesecretario general, aunque ya veremos con qué competencias y acompañado de quién. Tercera incógnita. Javier Arenas, que no acaba de ver lo de María Dolores, y que, en cambio, podría ver "derrotada" en el Congreso del PP a su promocionada Ana Mato. "Mato es aún duda en el de dirección", dice La Gaceta, que en cambio, asegura que Soraya Saénz de Santamaría entrará en el Comité Ejecutivo, seguramente no para complacer, precisamente, a Cospedal, dada la competencia y recelos entre ambas "superpoderosas mujeres del PP".  Y luego, el mensaje que  Rajoy dará a un auditorio feliz como nunca, en un momento en el que los españoles que le han votado están desanimados, tristes, temerosos y abatidos. ¿Hará una llamativa arenga que contraste el cálido ambiente interior y el frío ambiente exterior?

Es posible que mezcle ambos ambientes...  Nadie duda de que el PP tiene más poder que nunca, está a punto de ganar en Andalucía, y ha planteado el cónclave más como una plataforma de propaganda para la campaña de Javier Arenas, y para producir algunos cambios internos. Pero incluso en ese momento beatífico, el reparto de poder interno sigue siendo relevante. La gran incógnita es Cospedal y su ambición  por controlar aún más de lo que lo viene haciendo el Partido que gobierna España casi en su totalidad... Pero que tiene como principales enemigos su propia prepotencia y maniqueísmo: Han ganado los buenos y han derrotado a los malos, sin remedio ni marcha atrás posibles...  Quiere ejercer el poder de la secretaría general, y a la vez seguir siendo presidenta de Castilla-La Mancha. Y teme perder perfil, ahora que todo el protagonismo se lo lleva el Gobierno, especialmente su competidora SSS, la vicepresidenta. Y parece, o se la contempla, tan decidida a ejercer ese poder total, que no quiere que haya un coordinador por debajo. Cospedal no quiere que se recupere esa figura del coordinador. Sus rivales internos creen que es una forma de intentar acaparar poder, porque un número tres, con ella en Castilla-La Mancha, se convertiría rápidamente en el referente. Pero varias personas poderosas del partido, entre las que la mayoría coloca a Javier Arenas y algunos otros barones autonómicos, han hecho llegar a Rajoy el mensaje de que sí sería conveniente esa figura del coordinador. Y este debate solo lo resolverá Rajoy en el último minuto, ya con el congreso comenzado. Esta parece la única, pero no menor, disputa relevante del congreso. En todo caso, el poder de Rajoy es tan inmenso en este momento que puede decidir cualquier cosa y no será discutida.

Tampoco es tarea sencilla repartir el muchísimo poder acumulado sin producir prepotencias indeseables...