En términos prácticos, si esta propuesta prospera todos los productos agrícolas que cuentan en este momento con una Organización Común de Mercado tendrían que cumplir las mismas normas. La finalidad es armonizar las medidas de mercado, desde las cuotas hasta las ayudas estatales, y reunirlas bajo un solo reglamento y un único documento común que sustituya a los 41 textos legales actuales. Sin embargo, la Comisión Europea se ha apresurado a asegurar que la propuesta tiene sólo "carácter técnico", y que no es una forma "de introducir las reformas por la puerta de atrás". Los cambios políticos se producirán paralelamente y como resultado de la revisión de la PAC prevista para 2008 o 2009.
La Comisión Europea prevé que la OCM única entre en vigor en 2008, ya sea en el momento de inicio de campaña o el 1 de enero de ese año, para los sectores que no tengan fijada esa fecha de comienzo de temporada. La Presidencia alemana, que comenzará su mandato de la UE el próximo mes de enero, ha fijado el calendario para desarrollar la propuesta en el Consejo de manera que se llegue a un acuerdo político, como tarde, en junio de 2007. Los 21 grupos de trabajo empezarán a trabajar en cuanto la propuesta sea presentada al Parlamento Europeo y el Consejo.
Dentro y fuera
La propuesta afectará a todos los productos que actualmente cuentan con su propia Organización Común de Mercado -cereales, arroz, aceite de oliva, tabaco, flor cortada, plátano, azúcar, ganado porcino, sector avícola, vacuno, leche, ovino y caprino, lino o cáñamo, entre otros- menos al vino y las frutas y hortalizas. Bruselas prevé que a estos últimos sectores no les afecte la propuesta y se mantenga la situación actual, excepto en algunos de los aspectos que no se tocarán ni en la revisión del vino ni en la hortofrutícola como, por ejemplo, las ayudas estatales.
También incluirá algunas reglas específicas para otros productos que actualmente no disponen de OCM, como es el caso de los gusanos de seda, el sector apícola o el del alcohol etílico, que no recibirá el mismo trato que los que ya disponen de regulación de mercado previa. Sin embargo no afectará tampoco a la OCM del algodón, ya que las ayudas a este sector están basadas en artículos diferentes del Tratado de la UE.
Todos estos productos se podrán beneficiar de la nueva regulación que contará con un capítulo sobre previsiones introductorias -definición de conceptos, ámbito y años de comercialización-, otro sobre el mercado interno -intervención pública, almacenamiento privado, cuotas, medidas de intervención y esquemas de ayudas-, un tercero sobre comercio con terceros países -licencias, aranceles, cuotas, ayudas a la exportación-, otro contará con las reglas de competencia y los dos últimos se ocuparán de las reglas generales -incluida la creación de un Comité de Gestión- y de transición.
Además, los reglamentos se reducirán a cuatro: organización de mercados, pagos directos, desarrollo rural y financiación. De esta manera, se suprimirán las partes que son iguales o responden a la misma estructura y unificarán las respuestas a los mismos problemas que, hasta ahora, podían ser distintas. Según Bruselas, las nuevas medidas beneficiarían tanto a los agricultores como a los inversores y las administraciones, facilitando su trabajo y haciéndolo más accesible y transparente. También ayudará a los consejeros legales, los sindicatos y la industria, ahorrando tiempo y dinero.
Estados miembros
Para los Estados miembros y sus representantes encargados de la Agricultura, mañana se producirá el primer contacto con esta propuesta, con una presentación de la comisaria en el primer día del Consejo de Agricultura y Pesca. En concreto, las autoridades españolas están a la espera de conocer los contenidos de la propuesta pero su idea es pedir que, a pesar de que se introduzcan modificaciones, se mantengan los elementos de apoyo para no producir desequilibrios en el sector. Por lo demás, fuentes diplomáticas han afirmado que la "limpieza" de Organizaciones podría ser positiva para eliminar normas obsoletas y unificar terminología.
Por otra parte, en el debate posterior a la presentación podrían provocarse algunas dificultades ya que algunos Estados miembros quizá aprovechen la coyuntura para pedir cambios políticos -a pesar de la naturaleza técnica del texto de la Comisión-.