Serrat-Sabina: Catalunya en España
viernes 23 de noviembre de 2012, 08:13h
Ayer fui al concierto que dieron en San José de Costa Rica estos
dos pájaros cantores. ¡Qué barbaridad! ¡Qué manera de seducir a un estadio de
gente en medio de la lluvia! El concierto terminó con un público empapado que
se empeñaba en hacerlos salir una y otra vez al escenario. Perdonen, pero no
pude evitarlo: al ver a diputados, artistas, presentadoras de televisión,
deportistas, gritar como joveznos ¡Otra! ¡Otra! ¡Otra!, pensé que quizás estos
pajarracos -que hoy son portada de los periódicos josefinos- sean poco
conscientes de cómo están aupando en América la tan traída y llevada "Marca
España".
Algo que me llevó a pensar si, a su vez, el Ministerio de
Asuntos Exteriores estará valorando suficientemente los otros productos
culturales (que no son solamente la selección de fútbol), como forma de tener
una atractiva presencia en este complicado mundo, especialmente en el
continente americano. Dicho de otra forma, puede que la crisis económica nos
haga perder prestigio a los ojos de América (del Norte, del Centro y del Sur),
pero no hay duda de que aún seguimos siendo una tremenda potencia cultural.
No voy a realizar aquí una crítica musical del espectáculo,
eso se lo dejo a los del ramo correspondiente. Sólo decir que estos "dos
pájaros que contraatacan" no son mucho mejores que aquellos "dos pájaros de un
tiro", aunque ahora se hayan tomado más en serio lo del trabajo musical
conjunto. Pero hay quizás demasiados tics que se repiten.
En realidad, lo que quiero es valorar el efecto que tiene
este producto cultural como reflejo de la actual realidad española.
Evidentemente, las referencias a la crisis y a los especuladores que la
provocaron se repartieron por algunos temas, desde la referencia a la Orquesta
del Titanic hasta las alusiones en la pieza de Algo Personal, de Serrat. Pero
un asunto que había despertado interés en la colonia española en Costa Rica era
como iban a tratar el tema de Catalunya. Bueno, pues lo hicieron como lo hacían
antes de la fuga hacia delante del catalanismo de Artur Mas: sin desconocerlo
pero sin darle una importancia desproporcionada. Pero en ese mayor esfuerzo por
el trabajo musical conjunto ofrecieron un acto de amor entre el castellano y el
catalán que fue entrañable.
Mientras Sabina aseguraba que "lo primero que quise fue
marcharme muy lejos", Serrat intercalaba que "Ara que tinc vint anys, ara que
ancara tinc forc,a" y mientras el flaco andaluz seguía son "el álbum de cromos
de la resignación", el Nen aseguraba que "no tinc l´ànima morta i en sento
bullir la sang". No sólo se trataba de comparar dos experiencias juveniles
vividas en un país sin libertades, sino de mostrar cómo podían enroscarse con
delicia dos lenguas y dos culturas.
En suma, el espectáculo ofreció en sí mismo una muestra de lo
bien que puede funcionar la cultura catalana en la cultura española y
viceversa. Y afortunadamente esa es la imagen que recibieron los fans
americanos de estos dos pájaros viajeros. Con unos amigos comentaba que este
producto cultural invita a pensar lo estúpido que puede ser el anticatalanismo y
lo no menos ridículo que puede ser el separatismo. No pude por menos de sentir
un gran agradecimiento (a Serrat y Sabina) por dar una imagen de España mucho
más sana de lo que hoy es en realidad.
En todo caso, también fui de los que, en medio de la lluvia, les pedía
con insistencia otra canción a estos dos memorables pajarracos.
TAN JOVEN Y TAN VIEJO
Lo primero que
quise fue marcharme bien lejos;
en el álbum de cromos de la resignación
pegábamos los niños que odiaban los espejos
guantes de Rita Hayworth, calles de Nueva York.
Apenas vi que un ojo me guiñaba la vida
le pedí que a su antojo dispusiera de mí,
ella me dió las llaves de la ciudad prohibida
yo, todo lo que tengo, que es nada, se lo dí.
Así crecí volando y volé tan deprisa
que hasta mi propia sombra de vista me perdió,
para borrar mis huellas destrocé mi camisa,
confundí con estrellas las luces de neón.
Hice trampas al póker, defraudé a mis amigos,
sobre el banco de un parque dormí como un lirón;
por decir lo que pienso sin pensar lo que digo
más de un beso me dieron (y más de un bofetón).
Lo que sé del olvido lo aprendí de la luna,
lo que sé del pecado lo tuve que buscar
como un ladrón debajo de la falda de alguna
de cuyo nombre ahora no me quiero acordar.
Así que, de momento, nada de adiós muchachos,
me duermo en los entierros de mi generación;
cada noche me invento, todavía me emborracho;
tan joven y tan viejo, like a rolling stone.
ARA QUE TINC VINT ANYS
Ara que tinc
vint anys,
ara que encara tinc força,
que no tinc l'ànima morta,
i em sento bullir la sang.
Ara que em sento capaç,
de cantar si un altre canta.
Avui que encara tinc veu
i encara puc creure en déus...
Vull cantar a les pedres, la terra, l'aigua,
al blat i al camí, que vaig trepitjant.
A la nit, al cel, a aquest mar tan nostre,
i al vent que al matí ve a besar-me el rostre.
Vull alçar la veu, per una tempesta,
per un raig de sol;
o pel rossinyol, que ha de cantar al vespre.
Ref;
Ara que tinc vint anys,
ara que encara tinc força,
que no tinc l'ànima morta,
i em sento bullir la sang.
Ara que tinc vint anys,
avui que el cor se m'embala,
per un moment d'estimar,
o en veure un infant plorar...
Vull cantar a l'amor. Al primer. Al darrer.
Al que et fa patir. Al que vius un dia.
Vull plorar amb aquells que es troben tots sols.
Sense cap amor van passant pel món.
Vull alçar la veu, per cantar als homes,
que han nascut dempeus,
que viuen dempeus,
i que dempeus moren.
Vull i vull i vull cantar.
Avui que encara tinc veu.
Qui sap si podré demà.
Però avui només tinc vint anys.
Avui encara tinc força,
i no tinc l'ànima morta,
i em sento bullir la sang...