El nuevo año que comienza
lo hace de forma angustiosa para los españoles, según se deduce de los
resultados del barómetro de diciembre del Centro de Investigaciones Sociológicas
(CIS) hecho público este viernes.
Los españoles siguen viviendo en sus carnes y
en su espíritu los mismos problemas: paro, economía y la carga que supone
-según ellos- la existencia de los actuales políticos. Son los tres jinetes del
apocalipsis español presentes en los anteriores barómetros. Pero a esos jinetes
apocalípticos se han sumado otros más, que tienen que ver con la política
seguida por el Gobierno de
Mariano Rajoy de destrucción del mini-Estado de mini-Bienestar
del que disfrutábamos.
Así, según el barómetro
de diciembre, los españoles estamos también angustiados por "la corrupción
y el fraude" (17,2 %), por la privatización de la sanidad decidida por el
PP (12,9 %) y por el endurecimiento de la educación (7,6 %). Y, mientras, sube
también la preocupación por los bancos (7 %) y por los desahucios (5,7 %), dos
factores que apenas aparecían en sondeos anteriores.
El malestar de los
españoles es parejo a su pesimismo, porque r el principal objetivo de la sociedad española en
los próximos cinco años será luchar contra el paro (64,5 %) y contra la
corrupción política (el 16,5 %).
Pero todo es inútil, porque el pesimismo parece haberse instalado en la
sociedad española: pese a todo, los españoles piensan que dentro de 5 años habrá aumentado el
número de parados (39,8 %), la violencia de género (33,8 %), el número
de personas sin hogar (58,5 %), la corrupción política (49,6), el abandono
escolar (42 %), los problemas relacionados con el cuidado de los mayores (61
%), las tensiones nacionalistas (52 %), el fraude fiscal (51,2 %), la calidad
de la asistencia sanitaria (19,5 %) y, desde luego, las desigualdades sociales
(las diferencias entre clases sociales, con un 66,3 %).
Más pobreza, más necons, más marginaciónEste pesimismo se traslada al largo plazo, a tenor a la respuesta de los
españoles a la pregunta sobre qué sucederá a lo largo del siglo XXI: habrá más pobres y
personas marginadas que en el siglo XX (lo piensa el 79,2 ); el tráfico y
consumo de drogas seguirá siendo un problema importante (85 %); habrá más
conflictos y guerras que en el siglo XX (48,8 %), o el abandono escolar de los
niños/as seguirá siendo un problema (66,2 %).
Así, ante un futuro tan incierto, los españoles piensan que es mejor
vivir al día y pensar en el presente (58,5 %); o bien "hay que
sacrificarse en el presente para conseguir vivir mejor en el futuro" (71,3
%). Dos posiciones radicalmente distintas, como se ve, pero en lo que casi
todos los españoles están de acuerdo (se exceptúa sólo el 15,1 %), es que en mundo
tan complicado, lo mejor es NO confiar en lo que digan las autoridades y expertos.
España, siempre invertebradaSi la situación económica, política y moral de España es mala, la
situación de la vertebración de la sociedad española es aún peor, a juicio de
la mayoría. Y esa visión de España es producto de las nuevas tensiones
nacionalistas que se han avivado con el discurso independentista de Artur Mas
en Cataluña.
Así las cosas, el 32,5 % sigue queriendo un Estado con comunidades
autónomas como en la actualidad, pero un 24,6 %% q7uiere ya un Estado con un
único Gobierno Central sin autonomías, un 12,3 % quiere un Estado en el que las
comunidades autónomas tengan menor autonomía que en la actualidad 12.3, y sólo
un 9,4 % admite un Estado en que se reconociese a las comunidades autónomas la
posibilidad de convertirse en estados independientes.
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Lea íntegra el barómetro de diciembre del CIS