La
amenaza de censura surtió su efecto: obligado por los acontecimientos y hasta
por la prensa internacional, Rajoy ha decidido, por fin, comparecer en el
Parlamento y dar explicaciones sobre las acusaciones de Luis Bárcenas de haber recibido
sobresueldos y de haber financiado ilegalmente al PP. No obstante, Rajoy ha
buscado una fórmula de comparecencia en la que de Bárcenas se va a hablar lo 'justito',
poco más allá que un mero lavado de cara.
No
hay fecha cerrada para la comparecencia parlamentaria del presidente del Gobierno,
pero fuentes generalmente bien informadas especulan que pudiera ser el
miércoles 31 de julio, dos días antes del último Consejo de Ministros antes del
periodo estival. El formato no está claramente definido, pero parece que pueda
ser una comparecencia a petición propia para hacer balance político de la
situación y plantear la estrategia para el futuro. Dentro de ello entraría,
claro está, las explicaciones pertinentes sobre el 'caso Bárcenas.
De
ser ése el formato finalmente elegido, sería como una comparecencia similar a
la que el presidente se somete para dar explicaciones sobre los Consejos
Europeos: intervención inicial de
Rajoy, donde de rondón metería el 'caso
Bárcenas'; primera intervención de los portavoces de los grupos; réplica de
Rajoy; dúplica de los grupos, y cierre por el propio Rajoy.
Es
decir, que sería una intervención parlamentaría al uso con el objetivo de hablar
de 'lo divino y de lo humano', pero con esto se complacería al líder de la
oposición, el socialista
Alfredo Pérez Rubalcaba, que desistiría así de la
presentación de una moción de censura que a nadie le viene bien: ni al propio
Rubalcaba, que se estrellaría contra un muro, ni al Gobierno, sobre todo en
este periodo en el que se necesita la máxima estabilidad política para intentar
estabilizar los mercados respecto a España y salir de la crisis.
El
anuncio de la comparecencia
'a petición propia' -los eufemismos fueron
inventados, sin duda, por un político- se ha hecho esperar hasta este lunes,
cuando Rajoy ha decidido hacerlo público en la rueda de prensa conjunta con el
primer ministro rumano,
Victor-Viorel Ponta, en visita oficial a España.
La
estrategia de Rajoy era dejar tiempo el tiempo, que pasara el verano y que se
olvidara todo el asunto del 'caso Bárcenas', uno de los más graves casos de
corrupción política en la historia de la democracia española. Pero no pudo ser:
la presión interna y externa ha sido tan fuerte, las acusaciones de Bárcenas
tan graves y la amenaza de moción de censura con tantas consecuencias que el
presidente del Gobierno se ha visto obligado a dar la cara.
Se
decidió el domingo, en MoncloaAsí,
delante del mandatario rumano y ante la pregunta de un corresponsal en España de
dicho país, Rajoy confesó que este domingo pasado habló con el presidente del
Congreso,
Jesús Posada, para comunicarle que quería presentar una solicitud de
comparecencia a petición propia para finales de julio o principios de agosto
para hablar sobre la 'economía española'. "Éste es el momento oportuno y
adecuado", dijo Rajoy.
Efectivamente,
según ha podido confirmar
Diariocrítico en medios gubernamentales, la
comparecencia de Rajoy no podía ser antes de que
Bárcenas soltara ante el juez
Pablo Ruz toda la 'metralla' que llevaba dentro. En Moncloa estaban expectantes
por conocer qué papeles podría sacarse Bárcenas de la manga, y de qué forma
podrían afectar al actual presidente del Gobierno. Visto lo que hay -es decir, que no hay documentos firmados por Rajoy, al menos de momento-, ya sólo se
trataba de
desactivar la moción de censura de Rubalcaba, lo cual se podía con una simple petición de comparecencia parlamentaria para hablar de la situación
española en general; es decir,
del pan y de los peces, y entremedias, de
Bárcenas.
Es
evidente, sin embargo, que a Rajoy le ha costado dar este paso. Como ha venido
anunciando
Diariocrítico, el presidente del Gobierno quería evitar a toda costa que un '
delincuente'
-como califican aahora a Bárcenas destacados dirigentes del PP- y un director de un periódico -
Pedro José
Ramírez- le marcaran su tiempo político. Pero una vez tomada la decisión, Rajoy
sigue sin dar su brazo a torcer y argumenta el cambio de opinión en comparecer "a
la vista de las dudas" que se hayan podido generar en "muchos"
ciudadanos. Ahora bien, esas dudas ya estaban sembradas desde el mes de febrero. ¿Por qué no se ha tomado la decisión de comparecer hasta ahora?
En
la rueda de prensa ofrecida en el Palacio de la Moncloa tras la reunión con Victor-Viorel
Ponta, Rajoy consideró que ahora "es el momento oportuno y adecuado para plantear el
futuro de las cosas y lo que va a hacer el Gobierno", asegurando
que en su decisión no ha influido la moción de censura anunciada por el
PSOE.
Anunciada
así esta comparecencia, Rajoy se negó a explicar ante la prensa cualquier cuestión
relacionada con el extesorero del PP, como los cariñosos e-mails que le dirigía
infundiéndole confianza en el futuro cuando más le apretaba la justicia a
Bárcenas.
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