Según el último estudio del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) que recoge datos sobre esta cuestión, realizado en diciembre de 2004 y recogido por Europa Press, la mitad (53%) juega solo; un 71,4 por ciento intercambia con familiares; un 43,4 por ciento, con amigos, y un 37 por ciento, con compañeros de trabajo.
La mitad (54,7%), además, cae en la tentación de comprar participaciones en las tiendas y establecimientos que frecuenta, frente a un 47,8 por ciento que no lo hace nunca.
El que reparte más premios
Según dos amplias en encuestas del CIS sobre Loterías, realizadas en octubre y diciembre de 1999, que recogen los últimos datos disponibles al respecto, el Sorteo Extraordinario de Navidad es considerado por los españoles como "el que da mayor número de premios", como opina el 30 por ciento de los consultados, y "el más emocionante" (23 por ciento), además del segundo que "da el premio más gordo" (24 por ciento), después de la Lotería Primitiva (42 por ciento).
Aunque el 92 por ciento de los consultados reconoce que nunca le ha tocado un premio importante no sólo en la lotería sino también en ningún juego de azar, el 67 por ciento confiesa que juega "por la esperanza de ganar dinero".
Con esta perspectiva y ante la posibilidad de conseguir un premio importante, el 58 por ciento de los españoles es fiel al espíritu navideño y asegura que "lo compartiría con familiares". Un 15 por ciento es más pragmático y asegura que "lo ahorraría o lo invertiría" y otro 12 por ciento apunta que "lo gastaría en cosas necesarias", mientras un 8 por ciento directamente afirma que "se daría la buena vida". Sólo un 2 por ciento afirma que lo donaría a ONGs.
Darse "la buena vida"
Las más solidarias son las mujeres, ya que un 64 por ciento lo compartiría con la familia frente a un 52 por ciento de los hombres, mientras éstos son más prácticos ya que lo invertirían (19 por ciento frente al 11 por ciento de las mujeres) y se darían "la buena vida" (11 por ciento frente a 5 por ciento de las mujeres).
Por edades, los jóvenes son los más proclives a darse "la buena vida" (16 por ciento frente al 8 por ciento del total de encuestados), mientras los mayores de 65 años los que compartirían con la familia (80 por ciento frente al 58 por ciento del total).
Con un premio importante, un 40 por ciento, además, dejaría de trabajar, frente a un 44 por ciento que seguiría trabajando, si bien un 12 por ciento cambiaría de puesto de trabajo. Los hombres son los que más se apuntan a la opción de seguir trabajando (48 por ciento frente al 42 por ciento de las mujeres).