Ayer el lema común era 'todos contra Moratinos'; hoy, 'todos contra Magdalena'

Pasamos de un ministro a otro, después de que parezca pasado de moda estos últimos tiempos criticar al presidente Zapatero, quizás algo reforzado por su apoyo lanzado a José María Aznar en la reciente Cumbre Iberoamericana.

De Moratinos a Álvarez, ésa es la historia de lo que muchos medios y periódicos eligen como tema de crítica mordaz al Gobierno. Por ejemplo, en el diario ABC encabezan su portada con este titular: "La ministra estrena el AVE a Valladolid sin puntualidad, velocidad ni electricidad".

Comenta este periódico que "queda poco más de un mes para la inauguración de la línea ferroviaria de alta velocidad Madrid-Valladolid -el 22 de diciembre- y hasta ayer no se realizó el primer viaje completo de pruebas con pasajeros entre las dos ciudades, con parada en Segovia, una cita a la que no faltó la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez". Y añade que "la prueba, sin embargo, dejó abiertas muchas incertidumbres sobre un tren que se supone que «vuela», pero que no sobrepasó los 160 kilómetros por hora, en su velocidad máxima durante el viaje".

Y más irónicos son en el diario El Mundo, que parece que llama poco menos que 'gafe' a la ministra porque en su portada acompañan una foto,en la que aparecen los ocupantes de un vagón en el que se divisa cierta humareda en el ambiente, con esta frase: "Magdalena Álvarez levanta otra polvareda". Mucha ironía sobre la suerte de la ministra, aunque recuerdan que el vagón de la ministra "fue el único que se libró de la polvareda".

Por cierto que esa humareda, o "polvareda", como la llaman en El Mundo, se debió al algún sobrecalentamiento en la red eléctrica que hizo que se distribuyera el humo por las vías de ventilación que comunican los vagones.

Recuerden que, por otra parte, este periódico fue el que estos días señaló que la ministra se habría realizado un 'lifting' facial, lo que aprovechó para criticar más aún a la titular de Fomento, que no pasa, evidentemente, por sus mejores momentos tras el caos de las obras del AVE en Barcelona.

En Cataluña sólo el PSC, por evidentes razones de solidaridad, se queda sin pedir a Zapatero el cese de la ministra.