Este Colegio Profesional califica de "irrisorio y tomadura de pelo" el motivo principal que aduce el Ministerio de Educación para la adopción de este Real Decreto, que estriba en la "internacionalización de los estudiantes universitarios, así como la homogeneización de la duración de los estudios universitarios de Grado y Máster a la duración de otros países".
Para el presidente del Colegio Oficial de Trabajo Social de Castilla- La Mancha, Javier Sánchez Morcillo, "si finalmente se establece el 3+2, se dará un paso atrás, será un agravio comparativo para los futuros estudiantes de Trabajo Social, y habrá una amplia diversidad de titulados universitarios; por lo que esta reforma ampliará las desigualdades en la formación universitaria y el acceso al empleo, además de crear una confusión en el mercado laboral con profesionales de igual formación, pero diferente duración".
Esta organización profesional, a través de su Consejo General y Unión Profesional, presentó alegaciones al proyecto de Real Decreto que se publicó la semana pasada, pero el Gobierno de España finalmente lo ha aprobado sin contar con las propuestas, valoraciones y justificaciones de la Comunidad Universitaria ni de las organizaciones estudiantiles y profesionales, y sin haberse evaluado aún los cambios del Plan Bolonia, del que en los últimos años han salido los primeros graduados.
Para los trabajadores sociales de Castilla- La Mancha "el sistema establecido en estos últimos años (240 créditos) para la obtención del Grado supone un contenido universitario necesario para la obtención de las competencias requeridas para el ejercicio profesional, y regresar a los 180 créditos produciría un detrimento notable en la capacitación profesional y en la calidad del servicio que en el ejercicio profesional se va a prestar a los clientes, pacientes y/o usuarios".
"Parece que los Grados de tres años resultarían más económicos por ahorrarse un curso, pero, es "un espejismo", los precios elevados (hasta un 81% más) de los estudios de posgrado dificultarían el acceso a la Educación Superior a los estudiantes con menos posibilidades y reducirá significativamente el número de alumnado y profesorado; lo que conlleva un aumento más de la desigualdad", concluye Javier Sánchez.