La Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) anunció este jueves que no podía confirmar el carácter "pacífico" del programa nuclear iraní, usando la definición de Teherán, pese a los progresos registrados en su cooperación con Irán.
En la reunión de final de año de los 35 miembros del consejo de gobernadores de la agencia, inaugurada este jueves en su sede de Viena, Irán se defendió haciendo valer su cooperación con el organismo de la ONU, al tiempo que advertía que cualquier nuevo intento de imponerle sanciones resultará "contraproducente".
La AIEA es "incapaz de dar garantías creíbles sobre la ausencia de materiales y actividades nucleares" en Irán, dijo el director general de la AIEA, Mohamed ElBaradei, en su discurso de apertura del encuentro.
Sin embargo, también reconoció que la AIEA "no dispone de informaciones concretas sobre eventuales materiales nucleares no declarados o actividades de fabricación de armas (nucleares) en Irán".
ElBaradei pidió a Teherán que adopte "un papel más activo en el suministro de información, para que la AIEA sea capaz de esclarecer todos los importantes asuntos aún en suspenso antes de final de año".
El director del organismo de la ONU responsable del control nuclear mundial centró su intervención en el tema que dominará los dos días de reunión del consejo de gobernadores tras la publicación, el 15 de noviembre, de su informe sobre la cooperación de Teherán para demostrar la naturaleza y el alcance de sus actividades atómicas.
Según dicho texto, Irán aclaró un cierto número de cuestiones clave relativas a sus actividades nucleares en el pasado, pero al mismo tiempo "disminuyó" el nivel de conocimiento de la AIEA sobre el programa nuclear actual de la República Islámica.
Teherán siempre ha defendido que su programa tiene como objetivo la producción de electricidad.
Su embajador ante la AIEA, Ali Ashgar Soltanieh, explicó que habían "suministrado toda la información" exigida por el organismo y que le habían permitido visitar todas las instalaciones que quiso.
"Hemos suministrado toda la información y la agencia pudo visitar todas las fábricas que producen las centrifugadoras", dijo a la prensa.
"Seguiremos con esta forma de cooperación", insistió, advirtiendo que esta "posición constructiva" peligra por culpa de la amenaza de nuevas sanciones del Consejo de Seguridad de la ONU.
"El lenguaje de la amenaza siempre fue contraproducente", advirtió.
La tercera serie de sanciones a Teherán podría concretarse tras la difusión a finales de noviembre del nuevo informe de la Unión Europea sobre el tema.
Hasta ahora, Irán ha ignorado los dos paquetes de sanciones con las que el Consejo de Seguridad de la ONU quería obligarle a detener el enriquecimiento de uranio.
Este procedimiento permite producir combustible para centrales eléctricas pero también materiales necesarios para la fabricación de una bomba nuclear.
El presidente iraní, Mahmud Ahmadinejad, un fundamentalista, volvió a reiterar que Teherán no dará su brazo a torcer sobre el enriquecimiento de uranio. "Irán no hará ninguna concesión", afirmó.
Sin embargo, el consejo de gobernadores de la AIEA no votará ninguna resolución durante su reunión de Viena, indicaron fuentes diplomáticas en la capital austriaca que pidieron mantener el anonimato.
"La próxima resolución debe ser votada en Nueva York y no en Viena", consideraron.
La mayoría de los países, incluidos Rusia y China --miembros permanentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y poco dispuestos a apoyar nuevas sanciones contra Teherán-- "reconocen que Irán no coopera tanto como debería" con la AIEA.
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