Los profesionales intuían la corrupción de la "Operación Guateque"

Pol, que dirigió un seminario sobre urbanismo que se celebró en la sede de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), de Cuenca, dijo que todos los profesionales relacionados con el urbanismo y la construcción de Madrid "intuían que existían cosas raras que no eran explicables fácilmente por desidia o incapacidad administrativa".

Las sospechas, sobre todo, se centraban "en todo lo relacionado con el tema de la excesiva tardanza de las licencias, en las obstrucciones sistemáticas o en la sospechosa colaboración de algunos funcionarios con despachos de arquitectos o de abogados externos", sostuvo.

La "punta del iceberg"
Sin embargo, aunque el asunto está "sub júdice", Pol teme que "lo desvelado hasta el momento sea la punta de un iceberg bastante más profundo, porque hasta ahora todo lo que está saliendo a la superficie son tramas de problemas casi diríamos que menores, como licencias de locales comerciales, licencias de aperturas, etcétera".

Consideró que, si prosigue la investigación, "quizás salgan a la luz cosas dudosas de bastante más envergadura de los últimos años", como por ejemplo "algo tan extraño como fue el caso Tamayo, el famoso tamayazo, que tiene todos los síntomas de la existencia de una trama organizada en su trasfondo".

En este sentido, confió en que "algún día salga a la luz, porque no revelaría sólo pequeñas tramas de corruptela, sino que seguramente sacaría a la superficie casos mucho más importantes".

Defender a los ciudadanos
El Club de Debates Urbanos de Madrid, que preside Pol, agrupa a unos 400 profesionales entre arquitectos, ingenieros, abogados y geógrafos y fue creado "para luchar contra el desánimo que nos invade", según figura en el acta fundacional, señaló el arquitecto.

Indicó que es una asociación que se dedica a analizar, difundir, criticar y promover debates, a publicar libros y a hacer denuncias e incluso a organizar manifestaciones en la calle cuando hay asuntos que chocan con los intereses generales de los ciudadanos.

Según el presidente del Club de Debates Urbanos, la asociación se enfrenta a asuntos "siempre presentes de intereses especulativos en la Sierra madrileña o asuntos de escala menor, que tienen que ver con la conversión de la ciudad en mercancía, como es el asunto de los chirimbolos y ahora recientemente los pantallazos".

A su juicio, "en los pantallazos de nuevo se mezclan asuntos sospechosos desde el punto de vista económico, desde el punto de vista político y de la fealdad terrible que introducen en la ciudad, que más que ciudad pasa a ser publicidad".