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Doble dirección

Doble dirección

lunes 11 de mayo de 2015, 15:24h
Desde el PP y el PSOE el mensaje a los votantes, más o menos sutil, es este: si no hay mayorías sólidas no habrá manera de gobernar tal y como esta sucediendo en Andalucía.

En realidad los dos grandes partidos aunque no lo digan claramente prefieren que las cosas se queden como están, es decir que la política continúe siendo cosa de dos, y no de cuatro como parece que va a ser a partir de ahora si es que las encuestas no se equivocan.


Lo cierto es que Susana Díaz anticipó las elecciones porque necesitaba revalidar su poder directamente en las urnas y ahora se encuentra con que no tiene una mayoría suficiente para gobernar.

Podemos y Ciudadanos no están dispuestos a firmar cheques en blanco y mucho menos en vísperas de las elecciones municipales y autonómicas porque la decisión de permitir que Susana Díaz gobierne puede que no le guste a sus electorados. En cuanto al PP tampoco encuentra razón para abstenerse y permitir gobernar al PSOE si no es con un acuerdo, aunque sea por debajo de la mesa, en la que los socialistas se comprometan a permitir que por lo menos en algunos  otros lugares gobierne la lista más votada.

Los populares recuerdan que en las anteriores elecciones autonómicas andaluzas fueron ellos los que ganaron y que se les quedó cara de tontos porque el PSOE pactó con IU una mayoría dejándoles fuera de juego, así que se preguntan por qué habrían ellos de favorecer ahora a los socialistas a cambio de nada.

A todo esto los dirigentes del PSOE reclaman al PP la abstención pero no se cortan un pelo al señalar que ellos al PP no le darían agua ni en medio del desierto, o sea que no están por permitirles gobernar. De manera que lo que reclaman para ellos, es decir que el PP se abstenga para que Susana Díaz gobierne, no les parece igual de estupendo para que, pongamos por caso, lo haga Esperanza Aguirre, porque, según las encuestas, los socialistas podrían coaligarse con Podemos, IU y hasta con Ciudadanos para tomar el mando de Madrid.

Mientras tanto Andalucía se ha convertido en rehén de unos y de otros a la espera de ver que pasa el 24 de mayo, eso sí, todos los dirigentes políticos hacen declaraciones grandilocuentes pidiendo que se antepongan los intereses de los ciudadanos a los partidistas, pero en realidad lo que esperan es que ese principio se lo apliquen los otros.

En mi opinión debería de haber un criterio general en el que naturalmente deberían de estar de acuerdos todos los actores políticos. O se llega al acuerdo de que siempre gobierne la candidatura más votada, o por el contrario se continúa como hasta ahora, es decir gobierna quién pueda formar esa mayoría aunque no haya sido quién haya obtenido más escaños y más votos. Las dos posibilidades son igual de democráticas. Lo que sucede es que hay quién quiere que siempre se le aplique la ley de la ventaja. Que gana las elecciones pero no con mayoría suficiente como sucede en Andalucía, pues nada se pide la abstención de los demás; que no se obtiene mayoría en las urnas pero se pueda gobernar aliándose con otros y dejando en la cuenta al partido más votado, pues adelante. Y claro hay quién ya no está dispuesto a esto.

Saben, en el caso de Andalucía solo hay una cosa clara, y es que cada partido va a lo suyo, así que a los andaluces no les queda otra que esperar a que pase el 24 de mayo.
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