Por lo visto los peruanos no somos los únicos ingenuos en pensar que el APRA y Alan garcía han cambiado. Fuentes de la cumbre Iberoamericana de Uruguay comentan en el Diario Hispano Uruguayo que el Rey Juan Carlos está disgustado con la inasistencia a la cita del presidente Alan García a pesar que éste se lo prometió por teléfono. Es decir plantó descortésmente al Rey. Obviamente pondrá mil y una disculpas de por medio entre ellas la del ridículo psicosocial del “atentado”, pero la verdad es que esta es una actitud que nos hace pensar –por otros hechos- que el presente se parece como dos gotas de agua al inicio del desastroso primer gobierno aprista.
En efecto. No sólo hablamos de un acompañamiento silencioso y complaciente de la prensa peruana a los desatinos y mentiras del aprismo. Tampoco del creciente desinterés de la ciudadanía respecto a los hechos de la política. Tampoco únicamente recordamos el triste papel de ciertas periodistas televisivas que insisten en ver el lado bueno del gobierno cuando lo que hay es pura falsedad y cálculo. Estos cien primeros días se parecen también a los del pasado en que se tiene un Congreso con mayoría gracias al matrimonio entre el aprismo y el fujimorismo, por la cerrazón de los medios a todo aquel que sea opositor, por el control del Poder Judicial, por la creciente corrupción, por las licitaciones a dedo, por el copamiento partidario, por el despilfarro de recursos, etcétera, etcétera.
El aprismo ha aprendido aceleradamente del fujimorismo que hay un sector de periodistas que subastan su opinión. Que los lobbystas mediáticos pueden convertir a un corrupto en un personaje inmaculado y que un personaje correcto puede ser destruido en su imagen con campañitas a cargo de estos mismos “manejadores” de medios.
Por eso es que del deterioro actual por el que atraviesa el país y que nos llevará una vez más a una catástrofe gran culpable será nuevamente este sector del periodismo que silencia opositores y tolera corrupciones, que se escandalizaba con 100 soles de donación de la familia de Alejandro Toledo y que se hace de la vista gorda con los 80 millones de las vacunas compradas a dedo a un laboratorio cuyo representante es el pediatra del recién conocido hijo de García.
Al igual que hace 21 años Alan García tiene sus 12 apóstoles que hoy son acólitos, tiene un gabinete sin ministros y sí con secretarios, está despilfarrando los miles de millones que el presidente anterior le dejó y ha cambiado el balconazo por el salonazo presidencial.
Pero el periodismo no se quiere dar cuenta. La historia sancionará.
Ing. Juan Sheput (Perú)
Ex consejero Presidencial en Asuntos Políticos y ex ministro de Trabajo y Promoción del Empleo durante el gobierno de Alejandro Toledo.
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