Menuda incidencia imposible de prever tiene el PP de Madrid, regido por Cristina Cifuentes. Un caso de denuncias personales entre dos diputados, su portavoz parlamentario Enrique Ossorio, y la diputada Elena González-Moñux, por una acusación de maltrato verbal, mantiene en jaque su mayoría parlamentaria.
En estos momentos la distribución de escaños es muy ajustada. Cifuentes y el PP de Madrid ganaron las elecciones autonómicas madrileñas en mayo de 2015 con 48 escaños, mientras que el PSOE se quedaba con 37, Podemos con 27 y, finalmente, Ciudadanos con 17. Aunque se preveía antes de los comicios que socialistas y los miembros de Podemos podrían sellar una alianza anti-PP en Madrid, como en el Ayuntamiento de la capital, por un sólo escaño, la alianza entre PP y Ciudadanos permitió investir a Cristina Cifuentes.
Así, PP y Ciudadanos suelen votar en conjunto en la Asamblea de Madrid y suman 65 escaños en total, por los 64 de PSOE y Podemos, que aunque cada día están más distanciados -no hubo más que presenciar el tenso debate de investidura de ayer en el Congreso o las malas relaciones que inspira Susana Díaz con el partido de Pablo Iglesias desde Andalucía-, sí podrían haber facilitado otro gobierno.
Pues bien, en esta ajustada situación de mayoría parlamentaria ha explotado un caso personal entre dos diputados del PP que arruinan dicha mayoría. El portavoz del PP en la Asamblea de Madrid, Enrique Ossorio, ha sido demandado por su compañera de filas Elena González-Moñux, que le acusa de maltrato. Según el diario 'El País', González-Moñux, está en estos momentos de baja médica desde hace semanas debido a las "elevadas agresiones verbales" que ha venido soportando "de un superior".
Eso le supone ausentarse de la Asamblea y el PP ha dejado de tener mayoría parlamentaria. Algo que se podría agrandar si sucediera un extremo que se da por descartado, pero que es posible: que Ossorio tuviera que abandonar su escaño si la demanda prosperara. Aunque este extremo sólo sería viable en caso de que fuera apartado de su labor parlamentaria por la fuerza judicial, algo que antes se subsanaría con una renuncia forzada para que así el siguiente en las listas electorales pudiera ocupar su escaño.
En todo caso, hasta que Elena González-Moñux regrese a su puesto en la Asamblea, el Gobierno Cifuentes ha perdido la mayoría y debe convencer a al menos un diputado del PSOE o de Podemos para que prospere una votación.
Cristina Cifuentes, presidenta de la Comunidad, ha dicho no conocer el asunto de la demanda y el número dos de su Ejecutivo, Ángel Garrido, sí que admite conocer la situación de la diputada desde el día 19, cuando preguntó a los miembros de la dirección del partido, quienes negaron el maltrato. González-Moñux subraya que "lleva meses" denunciando ante sus jefes del Gobierno regional la situación que le ha conducido a una "depresión mayor".
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