Toca salir de cena. En estas fechas son muchos los madrileños que abarrotan el centro para acudir a las típicas cenas que organizan las empresas que quieren desearles unas felices fiestas. Atrás quedan los 'piques' y rencillas de los lunes por la mañana. Es momento de divertirse, eso sí, con paciencia, porque los kilométricos atascos que se producen estos días en el centro son para poner de los nervios a cualquiera.
En Madrid muchas empresas organizan fiestas de navidad para sus empleados. Suele consistir en cenar en un restaurante y a veces se termina saliendo de copas. Para algunas personas es una fiesta a la que hay que ir por compromiso. Para otras supone una oportunidad para conocer mejor a sus compañeros. Y para los más marchosos es una más para sumar a su larga lista de fiestas de navidad.

Y mientras algunos se divierten, otros no dan a basto. La semana antes de Navidad es una de las de mayor trabajo para los restaurantes, que se ven desbordados ante esta nueva costumbre. En Madrid, esta semana ya era casi imposible hacer una reserva, lo que obliga solicitar mesas con un mínimo de 15 días de antelación. Los restaurantes madrileños prevén facturar este mes 50 millones de euros, según informa la Asociación Empresarial de Hostelería de la Comunidad.
"Estamos un poco cansados de estas cenas", nos cuenta Alfonso Romero, camarero del restaurante Sixto, en la calle de Ortega y Gasset. "Atendemos diariamente a 95 personas, que es el aforo completo, y solemos salir todos los días a las dos de la madrugada". "La gente parece que se piensa que no tenemos ni casa, ni familia", añade uno de sus compañeros.
Con paciencia
Coger el coche para acercarse a la zona centro en estas fechas, puede resultar toda una aventura. Atascos interminables, problemas de aparcamiento o el peligro que conlleva beber alcohol y luego conducir, son algunos de los factores que pueden conseguir amargar la noche a cualquiera. Además, por motivos de saturación de los aparcamientos públicos del centro (Plaza de España, Plaza de los Mostenses, Tudescos, Abada, Descalzas, Plaza del Carmen, Plaza de Oriente, Plaza Mayor, Sevilla, Vázquez de Mella, Plaza del Rey, Plaza de las Cortes, Santa Ana, Jacinto Benavente, Puerta de Toledo, Princesa y Príncipe Pío) los agentes de movilidad realizarán los correspondientes cortes de tráfico.
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También restringirán la circulación por la intensidad circulatoria en el perímetro de la zona centro, en el eje de Gran Vía y en el eje de la calle de la Princesa. Además se aumentarán los controles de alcholemia, y velocidad, en un intento de minimizar la siniestralidad. Pero ni siquiera el transporte público se salva de los colapsos. Según nos cuenta la joven Monse del Barrio, "fuimos en metro para salir por la zona de la Plaza Mayor y estaba todo llenísimo de gente".
¡A cenar!
Una vez que conseguimos llegar al punto de encuentro, llega el momento de la cena. Muchos restaurantes, elaboran menús especiales para estas ocasiones, pero, sin duda, el mayor reclamo es pasar un rato distendido con los compañeros de trabajo. Cada vez se hace más frecuente la organización de juegos tipo "el amigo invisible", donde a cada persona tiene que regalar a otra, de manera anónima, elegida mediante sorteo.

En estas celebraciones, no suelen faltar los relatos de anécdotas que suceden en el día a día, comentarios y cuchicheos. También suele ser habitual que los jefes pronuncien unas palabras agradeciendo el esfuerzo de todos para obtener buenos resultados. Otros aprovechan esta ocasión para ligar, o para conocer mejor al personal de otros departamentos.
En algunos casos, según va avanzando el nivel de alcohol en la sangre de los asistentes, comienzan las bromas -tímidas al principio- hacia los jefes, pero es en el momento de las copas cuando ya llega el desmadre y mucha gente opta por irse a casa antes de arriesgarse a hacer el ridículo.
Y al día siguiente... resaca. Con un poco de suerte la mayoría no deberán trabajar pero a los que les toca, irán llegando poco a poco, más tarde de lo habitual, con los ojos ojerosos y comentando la noche anterior muy bajito para evitar el terrible dolor de cabeza. Menos mal que hasta el año que viene no toca otra vez. ¡Feliz 2008!