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Borja Milans del Bosch: "O le ponemos corazón a lo que hacemos o nos descorazonamos enseguida"

lunes 08 de marzo de 2021, 09:10h
Borja Milans del Bosch: 'O le ponemos corazón a lo que hacemos o nos descorazonamos enseguida'
Entrevistamos a Borja Milans del Bosch, sinónimo de vitalidad, pasión, energía, fuerza y alegría. Su capacidad de conectar con la audiencia desde lo emocional, y de generar consciencia a través de su comunicación es brillante. Sus conferencias están llenas de esperanza y generan un halo de entusiasmo que va directo al centro de la organización. Es un gran conocedor del mundo de la formación, de la empresa y del Coaching. Su estilo fresco y directo, su capacidad motivadora, su generosidad y su pasión hacen de él uno de los personajes del momento.

P.- Recientemente has publicado un libro con la Editorial Universidad de Navarra, EUNSA titulado “Ser Ejemplo. Pequeños grandes líderes”.

R.- Efectivamente, es mi primer libro y un sueño hecho realidad. Puedo decir que es un reto personal culminado que condensa más de catorce años de trabajo realizado día a día con muchas personas de todo tipo de organizaciones, tanto públicas como privadas. Ha sido una experiencia magnifica llena de situaciones peculiares y de algún que otro sobresalto. Mientras lo escribía tuve un desprendimiento de retina y me vi obligado a parar a la fuerza durante casi un año. Reconozco que pensé que nunca vería la luz.

P.- Ya hay muchos libros sobre liderazgo, ¿qué podemos encontrar de nuevo en este?

R.- En él he querido plasmar un modelo, o más bien un modo de vivir el liderazgo personal que, por el gran acento humanista que tiene, aporta una perspectiva novedosa y enriquecedora al profesional sea cual sea la ocupación que tenga, su nivel de responsabilidad, el conocimiento que acumule, los años que lleve en ese trabajo o el numero de compañeros que tenga. Es un modelo de liderazgo centrado por completo en la persona, en el individuo, cien por cien aplicable a la vida profesional y también aplicable al ámbito particular.

P.- ¿En qué consiste ese modelo de “liderazgo personal con acento humanista”?

R.- Consiste en algo tan sencillo como ser ejemplo para otros; de ahí el título. Pienso que “ser ejemplo” es una tarea muy fácil por un lado y puede llegar a ser muy compleja por otro. Pero una cosa es evidente, la manera más efectiva de ejercer el liderazgo e inspirar a otros a que den lo mejor de sí mismos, es en el hacer y en poner en el centro de todos nuestros comportamientos la limpieza de nuestras intenciones, la mejor actitud hacia lo que tengamos por delante y la entrega personal que despleguemos en lo que hacemos. Todo ello siempre ofrecido con humildad, deseo de contribución y la mirada puesta en establecer relaciones humanas duraderas sobre la base del apoyo mutuo.

P.- Lo novedoso es que este tipo de liderazgo nos interpela a todos y cada uno de nosotros en alguna medida.

R.- Cualquiera de nosotros esperamos que las personas que nos inspiran aúnen cuatro grandes meta-competencias: una mentalidad positiva, que demuestren coraje ante situaciones de adversidad, que desplieguen valores humanos en su forma de comportarse y que sepan gestionar su propio ego entregando llaneza. ¿Y esto por qué es así? Por que todos andamos sedientos de afecto, entendido como un modo de relacionarnos con calidez, cercanía, respeto y acogida; re-conocimiento, entendido como la oportunidad de volver a conocer -evitando prejuicios- a nuestros interlocutores en cada una de las interacciones que tengamos con ellos; y actitud positiva en los entornos profesionales, entendida como un modo de estar en la mejor disposición para respaldar a compañeros o favorecer la realización de proyectos desde la perspectiva más posibilista. Cuando desplegamos estas cuatro meta-competencias, saciamos esa triple sed tan acuciante. La gran diferencia estriba en que propongo que, en vez de esperar a que esto nos sea dado por otros, seamos todos y cada uno de nosotros los que iniciemos y pongamos en marcha el circulo virtuoso de aportar y entregar lo que estamos deseosos de recibir. ¿Quieres entornos positivos? Entrega lo mejor de ti por medio de tu mirada positiva y esperanzadora que contagie entusiasmo; ¿quieres compañeros con coraje que empujen ante las adversidades? Sé tu uno de ellos, despliega tus capacidades y habilidades con generosidad de corazón, eso movilizará a tus compañeros a dar el máximo en cada ocasión; ¿quieres trabajar en contextos rectos y sujetos a valores? Entrega tu día a día profesional desde una escala de valores sólida sujeta a ética y moral; ¿quieres gente llana y sin egos en tu día a día? Empieza a ofrecer con llaneza la verdad de ti mismo, de manera que el artificio de tus comportamientos quede desterrado y puedas ofrecer una autenticidad única hasta ahora escondida bajo caretas y postureo.

P.- Suena muy bien, pero ¿crees que es posible llevar a la práctica un modelo como el que propones tal y como está la sociedad, hoy por hoy?

R.- Evidentemente si observamos la sociedad de manera global es muy difícil cambiarla, sin embargo, tenemos una magnifica oportunidad. Todas y cada una de las empresas en las que trabajamos, con independencia del tamaño que tengan, son micro-sociedades vivas y, gracias a las personas que en ellas trabajamos desarrollando una actividad con sentido de contribución, podemos generar un impacto en nuestro entorno humano. Es ahí donde comienza el recorrido y la oportunidad de ser ejemplo. Cuando cada uno de nosotros, en nuestro contexto profesional ofrecemos a nuestros compañeros y clientes un trato impregnado de positivismo, empuje, rectitud y llaneza, la acogida es magnifica y la onda expansiva de comportarnos así inspira a que otros comiencen a desplegar a su vez en sus entornos las mismas formas de hacer y desenvolvernos. Y así, lo que empieza en una esfera laboral, se acaba trasladando a ámbitos particulares, familiares y de amigos, y a la sociedad española en general. Es más fácil que cada uno de nosotros demos un primer paso que esperar a que otros lo den por nosotros.

P.- Suena a que quisieras cambiar España. ¿No te parece un objetivo demasiado ambicioso?

R.- Se trata de un modelo que tiene su comienzo en todos y cada uno de nosotros. Hagamos una pequeña reflexión. La España de cada uno de nosotros es de treinta personas, poco más. Diez personas del ámbito profesional con las que compartimos el día a día de trabajo, para lo malo y para lo bueno; diez personas del ámbito familiar, entre padres, hermanos, abuelos, primos y tíos, y a veces ni siquiera son diez; y diez personas del ámbito social y de amistades con las que compartimos mucho tiempo y momentos vitales de distinta intensidad. Se trata de, en estos contextos, cambiar la pasividad de la mayoría de nuestros comportamientos por la responsabilidad de aportar de manera constructiva en estos mismos entornos. ¡Tan sencillo como eso! En el momento en el que dejo de quejarme y protestar por los acontecimientos y/o circunstancias que me desagradan y paso a la acción ofreciendo lo mejor de mi para inspirar a otros a que contribuyan a mejorar las circunstancias, nos convertimos en pequeños grandes líderes. Compartir una mentalidad positiva, desplegar coraje ante las adversidades, comportarnos desde los valores humanos y ofrecer llaneza y autenticidad es algo perfectamente aplicable en esos tres ámbitos que he mencionado.

P.- Vayamos al detalle. ¿Qué nos puedes adelantar de cada uno de estas cuatro metacompetencias?

R.- En cuanto a la mentalidad positiva, la clave está en mirar los acontecimientos o circunstancias -por adversas que sean- con la mejor mirada posible para con ello poner en juego todos nuestros recursos. Por supuesto, una cosa es ser positivo y otra muy distinta vivir en una nube de autoengaño; ¡cuidado con esto!

En cuanto al coraje, el quid de la cuestión reside en la forma en que nos entregamos a los acontecimientos que tenemos por delante. O nos entregamos de verdad o no nos entregamos. Es decir, o le ponemos corazón a lo que hacemos o nos descorazonamos enseguida y nos desfondamos. Se trata de amarnos a nosotros mismos en las cualidades y capacidades que tengamos; amar lo que hacemos, volcando nuestro mejor empeño y saber hacer para disfrutar del proceso de hacer lo que hacemos y lo que aprendemos mientras tanto; y finalmente, amar “para quién” lo hacemos, es decir, darle un sentido ulterior o de trascendencia a la labor que realizamos y que llevamos a cabo.

Con relación a los valores humanos, consiste en impregnar nuestros comportamientos con una sólida escala de valores, esa que tanto echamos de menos y que tanto reclamamos en los demás. Tengamos presente que desconocemos el precio que tienen los valores, pero sabemos el precio que estamos pagando por haberlos dejado del lado. Por eso, la mejor manera de rescatarlos es desplegándolos.

Y la gestión del ego, como última metacompetencia. Es decir, la capacidad que debemos todos desarrollar para tener un proceso de autoobservación permanente que nos permita despojarnos de caretas y postureos para ofrecernos a los demás con sencillez y llaneza. A todos nos gusta relacionarnos con personas llanas y cercanas; pues bien, seamos uno de ellos.

P.- ¿Por qué la Editorial Universidad de Navarra, EUNSA?

R.- La verdad es que fue un poco el destino combinado con la generosidad de una gran profesional que conozco hace años, que se entusiasmó con el manuscrito y me facilito contactar con Editorial Universidad de Navarra, EUNSA, quienes acogieron de maravilla la idea del modelo de liderazgo desde el principio. Afortunadamente es una editorial muy bien introducida en ámbitos universitarios y en escuelas de negocio.

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