Las dispares compañías y amistades de Paco Umbral
martes 15 de enero de 2008, 14:55h
El primer canapero del año al que asisto resulta que no tiene canapés. Buen comienzo, pienso, ideal para mi dieta depurativa después de los excesos. El lugar, el Círculo de Bellas Artes (dónde además no se puede fumar) que reunió a los amigos del fallecido Paco Umbral para hacerle un homenaje organizado por El Mundo.
Sólo un personaje como él podía reunir a personajes tan dispares que, de no ser por la ocasión, jamás los veríamos juntos en otro momento. Ejemplo: María Zurita con Joaquín Sabina ¿? o el Duque de Lugo con Ramoncín. Bueno, y ¿qué me dicen de Ana Botella con Luis Antonio de Villena? ¿Cómo será una conversación entre ellos? ¿Le explicaría la Botella lo de las peras y las manzanas? Bien pensado don Jaime de Marichalar (ahora que se ha separado de la Infanta yo le pongo el Don, pobrecito) igual él podría aconsejar a Ramoncín cómo vestirse bien. El rey del pollo frito ha estudiado mucho pero nunca ha podido desprenderse de ese aire de chico barriobajero. Es lo que tiene nacer en casa rica o pobre, te estigmatiza para siempre por mucho cum laude que te caiga sobre la muceta.
El acto, moderado por el súper vanidoso Fernando Sánchez-Dragó, comenzó con lecturas del homenajeado a cargo de personajes como Juan Diego, Fernando Echanove, Blanca Marsillach, Alaska o Victoria Vera que ni puede prescindir de las gafas para leer (los años no perdonan) ni quiere prescindir de los escotes. Era mirarla e irte directamente a la pechuga. Luego se quejará de qué nadie la mira a los ojos. Suertuda que es ella que no se tiene que depilar las cejas.
Tras las lecturas, coloquio a tres: Carmen Rigalt, Raúl del Pozo y Pedrojota. La Rigalt, tan efectiva y resuelta como en sus columnas: con poco dice mucho y encima con gracia. Raúl del Pozo, si no habla de putas no se queda tranquilo. Y aunque no venga a cuento, las cita. ¡Qué trabajo tendría Freud con este hombre! Y Pedrojota, pues en su línea, que es la de hablar siempre de “mi periódico”. Of course.
Sánchez Dragó, como no era el protagonista, mandó callar enseguida a los tres. Y por una vez hizo las cosas bien. En este tipo de actos, o el personal se atiene al minutaje estipulado o la gente se aburre.
De la mano de Melchor Miralles se puso un vídeo de Paco Umbral con voz en off de Ángel Antonio Herrera que va de poeta maldito por la vida pero mientras berrea en los platós de televisión contra mujeres de mal vivir que cuentan sus escarceos de cama con futbolistas. Él lo soluciona con un coletazo y aquí paz y después gloria, “a mí plin, yo leo y tú no”. Después del vídeo, otro coloquio con críticos literarios que fieles a su estilo aburrieron con sus soliloquios. Tras ellos, más lecturas y un final con soneto de Sabina.
Ya por último discursos de los representantes de las instituciones del Estado y de la Comunidad de Madrid y Alcaldía, es decir, César Antonio de Molina, Esperanza Aguirre, y Alberto Ruíz-Gallardón. Y sólo quedaba España, la viuda. Contenida, frágil y a la vez fuerte, la verdadera desposeída de Umbral.
Ya les dije que no hubo cóctel pero sí pude escuchar conversaciones. Saludé a Begoña Trapote, que todo lo que tiene de morena y de pija lo tiene de lista y simpática. Le pregunté qué pasaba con la discoteca Pachá (de su marido) por lo que había leído esa misma mañana en El Mundo. “Pero si es mentira lo que pone, nosotros no nos queremos cambiar de ubicación” “Ah, pues (le contesté) por detrás de ti está Pedrojota, quéjate, quéjate” Y eso hizo, así se lo comunicó lo que había publicado “su periódico”. Pedrojota escuchó atento y le respondió: “Pues ya sabes que a lo que es mentira, no hay que hacerle caso”. Toma ya.
Poco más les puedo decir qué vi: Imelda Navajo, editora de La Esfera de los Libros, compungida por la muerte del marido de su amiga Cristina Alberdi, Rosa Montero, tan risueña como siempre, Rosa Villacastín… todos ellos unidos por una misma pasión: Francisco Umbral. Pero me hago una pregunta: ¿Por qué tan poca gente del PSOE en el acto y tanta del PP?