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La vida en papel de arroz

viernes 10 de noviembre de 2006, 18:10h
'La vida en papel de arroz'. Bajo este título el Museo Nacional se Antropología descubre unas sorprendentes pinturas chinas sobre papel de arroz que forman parte de las colecciones del museo y que por razones de conservación no se exponen al público de forma permanente. Los temas tratados ilustran costumbres de la cultura china tradicional, como el cultivo de la morera, las artes marciales, el consumo de opio o el cumplimiento de castigos impuestos por la justicia.

La colección de pintura china de exportación conservada en el Museo Nacional de Antropología es una muestra de la inquietud por los temas chinos y orientales del creador de este museo, el Doctor Velasco. "El museo se creó con la fortuna personal y las colecciones del doctor. En concreto, en el caso de la exposición 'La vida en papel de arroz' es una colección original del doctor, que se expone por primera vez en su integridad", según señala el comisario de la muestra y conservador de este museo, Francisco de Santos Moro. A partir de mediados del siglo XIX la pintura china sobre papel de arroz se convirtió en un producto de exportación. Aunque realmente nada tuviera que ver el arroz en la composición del papel por ese nombre común fue conocido el papel obtenido de la Aralya Papyrifera (Aralia gigante). La técnica empleada y el tipo de papel permitieron aumentar su producción en diversos talleres de pintura para abastecer la demanda de viajeros y navegantes.

Sin embargo, y como explica el comisario, "la fragilidad del tipo de papel" ha provocado que pocas pinturas se conserven en la actualidad. De ahí, la importancia de las que se exponen en el museo, gracias a la colección de su fundador. A los temas inicialmente representados como las escenas portuarias en óleo sobre lienzo y especies botánicas se sumó la representación de otros aspectos como el cultivo de la morera, el consumo y elaboración del opio, las artes marciales o los castigos aplicados por la justicia. Todos ellos se convirtieron en los tipos y costumbres que contribuyeron a difundir en Occidente la imagen de la cultura china.

"La técnica es de aguada que se diferencia de la acuarela en que se utiliza el blanco como un color más. Lo que hacían los artistas chinos era pintar la parte de atrás del papel en la zona que correspondía con la cara, las manos y los pies. Así se conseguía resaltar y dar cierto relieve a esas partes del cuerpo", según informa Francisco de Santos Moro. Hasta el 7 de enero todos los interesados podrán contemplar un total de 62 piezas, complementadas por una serie de objetos de la colección del museo relacionados con las pinturas "y que dan un mayor dinamismo a la exposición", en opinión del comisario. El cultivo de la morera es una de las temáticas presentes en las pinturas. Probablemente obra del taller del pintor Tingqua, las diferentes fases del cultivo de la morera se ven reflejadas en esta serie, donde el cambio estacional se manifiesta por la indumentaria.

Otra temática que se puede contemplar, a través de las piezas, está basada en las artes Marciales. En esta serie se representan practicantes de estas artes en actitudes acrobáticas y con diferentes tipos de armas utilizadas para los ejercicios de equilibrio, habilidad, fuerza y destreza, que formaban parte del entrenamiento de los jóvenes militares. Junto a estas pinturas el espectador puede observar "una espada de Taiwan, del siglo XIX", según indica Francisco de Santos Moro, que facilita la comprensión de las pinturas.

Por otra parte, la muestra 'La vida en papel de arroz' introduce a los ciudadanos en el mundo del opio. Las pinturas expuestas reproducen el proceso de transformación y desecación del opio y los llamados 'fumaderos de opio'. Como complemento a esta serie se puede ver una cama utilizada para fumar opio ya que para conseguir que el efecto narcótico llegase lo más rápidamente posible al cerebro era necesario adoptar una postura recostada sobre este tipo de camas. También se puede observar una pipa utilizada para este fin.

Delitos y castigos
Entre las pinturas expuestas unas de las que más llaman la atención son las relacionadas con los castigos aplicados por la justicia. Entre los personajes que adquieren protagonismo se encuentra el llamado mandarín. Y es que la administración de justicia, al servicio del emperador, estaba en manos de funcionarios civiles o militares a los que los portugueses dieron el nombre de mandarín. Su indumentaria los identificaba como tales, con un dragón o un ave bordados en el pectoral y una pluma de pavo real en el sombrero, privilegio concedido por el emperador. Al mandarín encargado de la administración de justicia le acompañaban una serie de letrados menores o asistentes encargados de llevar a cabo las sentencias, consistentes en una serie de suplicios o castigos físicos cuya diferencia se basaba en los distintos tipos de delito.

Los delitos leves eran castigados con el apaleamiento donde el número de palos lo determinaba la mayor o menor gravedad del mismo. El adulterio se castigaba con la canga o cepo. La exposición también se complementa con otras pinturas de mayor tamaño que fueron realizadas en papel de algodón o en papel de importación procedente de Europa. Este grupo representa escenas relacionadas con distintos temas entre los que destaca el de la novela histórica china del siglo XIV, obra de Lo Guan Zhong, titulada 'Historia de los tres reinados' donde se representa a Guan Yu, personaje elevado a la categoría de divinidad, al que se implora por justicia y riqueza, acompañado de su hijo Guan Ping y del guardián Zhou Cang. Justamente al lado de estas pinturas está expuesto un traje de corte, caracterizado por utilizarse en acontecimientos especiales o ceremonias de estado. Su decoración de nubes, olas, murciélagos y dragones tiene un significado simbólico.

El Museo de América ha cedido a la exposición unas pinturas de tipos peruanos, pero "con la misma técnica", como señala el comisario. El Museo Naval de Madrid también ha cedido otras pinturas en las que se puede ver el puerto de Cantón, que fue durante décadas el único puerto chino abierto al comercio donde acudían comerciantes y viajeros europeos que entraban en contacto con la cultura china. Por su parte, el Jardín Botánico ha prestado dos álbumes de especies botánicas que Juan de Cuéllar, comisionado por la Real Compañía de Filipinas, asentado en Manila encargó a artistas chinos para ver las posibilidades económicas y comerciales de algunas plantas chinas para su posterior explotación en Occidente. En total, tanto las pinturas como los objetos convierten a la muestra 'La vida en papel de arroz' en un verdadero referente de la cultura china.

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