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Más de 400 obras de Picasso llegan desde París al Museo Reina Sofía

lunes 04 de febrero de 2008, 17:31h
Más de 400 obras procedentes de la colección del Museo Picasso de París desembarcan en el Museo Reina Sofía para formar parte de una de las retrospectivas más ambiciosas que se han realizado sobre el artista malagueño. Pinturas, esculturas, cerámicas, dibujos, grabados, apuntes y una selección de 20 fotografías documentales del archivo del pintor, se expondrán hasta el 5 de mayo en la pinacoteca de la capital. Los Príncipes de Asturias inaugurarán este martes la muestra.
Estas obras, muchas de ellas procedentes de la colección personal del artista y de las que no quiso desprenderse nunca en vida, se exponen fuera del museo parisino aprovechando las obras de reforma y ampliación que se desarrollan en el mismo y que lo mantendrán cerrado al público desde enero de 2009 hasta otoño de 2010. "Es la primera vez que salen del Museo de París esta cantidad de obras y probablemente no se volverá a repetir hasta dentro de varias décadas", ha indicado la directora del Musée National Picasso Paris y comisaria de la exposición, Anne Baldassari, para quien esta muestra "reconstruye cada etapa del pintor en toda su complejidad".

El nuevo director del Museo Reina Sofía, Manuel Borja-Villel, ha asegurado que esta retrospectiva es un "regalo" y un "diálogo" entre el Museo Reina Sofía y el Museo Picasso de París que refleja el "gran manifiesto pictórico" del artista. Un 'obsequio' que le ha costado al Gobierno español 3,5 millones de euros por el préstamo de las obras más 2.052 millones de euros en concepto de garantía. La exposición, ordenada cronológicamente, ocupa cuatro grandes salas del Museo conectando el edificio Sabatini y las salas de ampliación "para explotar la originalidad del edificio", según Baldassari .

En la primera de ellas, se exhiben las obras realizadas entre 1895-1925, que muestran la génesis de la obra picassiana en su Galicia añorada. Se exhiben lienzos de gran relieve como 'La muerte de Casagemas', indicio de su fascinación por el expresionismo, o su 'Autorretrato' y 'La Celestina', emblemáticas del período azul. Mientras, de la revolución protocubista y su período negro, la exposición cuenta con piezas tan importantes como los estudios para 'Las señoritas de Aviñón' (1907) y 'Tres figuras debajo de un árbol' (1907-1908).

Su aventura surrealista comienza en la sala Picasso 2, dedicada al período 1924-1935. Entre las obras que se pueden contemplar se encuentran 'El beso', 'El pintor y su modelo' (1925), 'La pequeña Crucifixión', 'El Acróbata' (1930) o 'Figuras a la orilla del mar' (1931), las obras dedicadas a Marie-Thérèse Walter y las 'Cabezas' y 'Bustos de mujer' esculpidas en Boisgeloup (1929-1931), así como las esculturas en alambre Proyecto para un monumento a Apollinaire (1928), que culminan en la escultura lineal de 'Mujer en el jardín'.

'El Guernica' abre paso a la sala 3, donde se exponen obras realizadas entre 1933 y 1951 en el marco de las guerra que asolaron el mundo durante esas décadas. La Guerra Civil Española, la Guerra Fría o la Guerra de Corea son denunciadas por el artista en obras como 'La mujer que llora' y 'La suplicante', que pertenecen a la constelación 'Guernica' (1937) o el 'Gato atrapando un pájaro' (1939). Por otra parte, al periodo de guerra se suman las grandes esculturas alegóricas 'Cabeza de toro' (1942) o 'El hombre del cordero' (1943), denuncia de la nueva matanza consecuencia de la Segunda Guerra Mundial.

Para completar el recorrido por la trayectoria del artista, la última sala recorre varias obras maestras del pintor malagueño desde 1943 hasta unos pocos meses antes de su muerte en 1972. En este sentido, sus obras de los años 50', según Anne Baldassari, ofrecen "una versión totalmente picassiana de la pop culture". Asimismo, se muestra en este espacio el bestiario inventado en 1950-1951 a partir de desechos y objetos domésticos en yeso, representado por obras como 'La cabra' (1950). La vertiente de ceramista se ilustra también mediante casi una decena de piezas únicas, realizadas entre 1947 y 1957.

 Cierran la muestra las figuras de los 'Mosqueteros y Toreros', los 'Grandes Desnudos' y los 'Abrazos', a través de las cuales Picasso retoma los temas de Rembrandt, Tiziano o Velázquez para llevar al límite la dinámica pictórica.

  
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