El reciente acuerdo de aranceles entre la Unión Europea (UE) y Estados Unidos, negociado por la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula Von der Leyen, y el presidente Donald Trump, no es más que la confirmación de una realidad incomprensible: Europa sigue siendo un vasallo político y económico de Washington. Este pacto, disfrazado de cooperación estratégica, es en realidad una capitulación que perjudica a los trabajadores europeos, beneficia a las élites transatlánticas y refuerza el imperialismo estadounidense y su guerra económica (por ahora) contra China y Rusia.
Pero esto no es una novedad. Estados Unidos, independientemente de si gobiernan demócratas o republicanos, siempre ha actuado en función de los intereses de las oligarquías que financian su sistema político. Las diferencias entre Trump y Biden son meramente cosméticas: un poco más de proteccionismo aquí, un discurso más o menos religioso allá, pero en lo esencial, la política exterior sigue siendo agresiva, militarista, pro sionista, (es decir apoya el holocausto contra el pueblo palestino) y profundamente intervencionista.
- Trump y Von der Leyen: Un Acuerdo de Sumisión
El tratado comercial firmado entre la UE y EE.UU. bajo la administración Trump es un ejemplo claro de cómo Bruselas se pliega a los dictados de Washington. A pesar de las promesas de "reciprocidad", el acuerdo impone aranceles reales del 20% en realidad, sobre productos clave europeos y perjudica gravemente a la agricultura española, mientras que las empresas estadounidenses obtienen acceso privilegiado al mercado europeo sin contrapartidas y la UE se ata de pies y manos para comprar energía y gas natural estadounidense extraído por fraking que se impone importar en cientos de miles de millones de euros, se dice en unos 750.000 M€. Esto de ser cierto, convierte a EEUU de facto en el único proveedor de la UE de hidrocarburos.
Pero lo más grave no son los números, sino el mensaje político: Europa acepta ser un socio menor. Von der Leyen, en lugar de defender los intereses industriales europeos, ha cedido ante las presiones de Trump, permitiendo que la deslocalización de fábricas hacia EE.UU. se acelere, incluso con subvenciones europeas que financiarán esta fuga de capitales y empleos con una “inversión” de 600.000 M€ que la UE hará en los USA y de no hacerlo, Trump acaba de amenazar con subir los aranceles al 35%. Esto de favorecer la deslocalización industrial en manos de los EEUU es tan grave que ya solo por eso hay que abandonar la UE. Cualquier gobierno democrático y con vergüenza y algo de patriotismo habría destituido ya a la señora Von Der Leyen.
- Europa, el Mercado Cautivo de la Industria Bélica Estadounidense
Otro aspecto escandaloso de esta sumisión es la obligación tácita de que los países europeos compren “armamento obsoleto” a EE.UU., incapaz de competir con el equipamiento ruso o chino como se ha demostrado ya en los frentes de batalla mundiales. La OTAN ya no es solo una alianza militar, sino un mecanismo de extorsión para que Europa gaste miles de millones en equipos ineficaces, mientras Washington prepara guerras en las que los europeos serán carne de cañón.
Trump, al igual que Biden, quiere arrastrar a Europa a su “conflicto con China”, el verdadero rival estratégico de EE.UU. La UE, en lugar de mantener una posición independiente, se deja manipular para servir a los intereses de las corporaciones tecnológicas y militares estadounidenses.
- Trump, el Genocidio Palestino y las Amenazas a Irán, Rusia y China
No se puede analizar la política exterior de Trump sin mencionar su complicidad y apoyo con el genocidio palestino. Su administración no solo reconoció a Jerusalén como capital de Israel, sino que impulsó los asentamientos ilegales y recortó fondos a la UNRWA, condenando a millones de palestinos a la muerte, el hambre y la represión.
Pero su belicismo no se limita a Oriente Medio. Trump ha amenazado repetidamente a Irán, ha escalado la tensión con Rusia y ha lanzado una guerra comercial contra China, intentando forzar a Europa a seguir sus pasos. Von der Leyen, en lugar de oponerse, ha convertido a la UE en un peón de esta estrategia imperialista. A las clases obreras de la UE nadie las defiende y los partidos del espacio “europeísta” se alinean con las élites de la anglosfera y con su base cultural, mediática, económica e incluso sexual. El woke sin fuerza ante la extrema derecha lanza campañas cada vez más impopulares y alejadas de los intereses de clase del Trabajo.
- La Urgencia de una Europa Soberana: Fuera de la OTAN y la UE Neoliberal
Ante esta situación, es evidente que la UE actual no defiende a los pueblos europeos, sino a las élites financieras y corporativas. La salida de la OTAN es ya imprescindible pero también de la UE y la construcción de alianzas con el Sur Global (Rusia, China, BRICS, América Latina, África), es la única alternativa viable.
Las fuerzas de izquierda, soberanistas y antiimperialistas deben unirse para:
- Exigir la desaparición política de Von der Leyen por su traición a los intereses de los pueblos europeos.
- Rechazar los acuerdos comerciales asimétricos con EE.UU.
- Promover una industria española y en su caso europea independiente, sin subordinación a Washington.
- Romper con la OTAN.
- Solidarizarse con Palestina (Por un estado palestino independiente en Palestina), Irán, Rusia y China frente al acoso imperialista. Así como apoyar la descolonización real de África, la soberanía de los pueblos de América Latina y la independencia del Sahara Occidental.
Conclusión: Hacia un Mundo Multipolar
El acuerdo Von der Leyen-Trump es un símbolo de la decadencia europea. La UE es una ridícula entelequia en el mundo Pero también es una oportunidad para despertar. El futuro no está en la sumisión a EE.UU., sino en la cooperación con las nuevas potencias emergentes. La lucha por una República Española soberana, socialista y antiimperialista, lo que no es una opción, es una necesidad histórica para lo que es imprescindible una proceso democrático constituyente.
El tiempo de las colonias mentales ha terminado. Europa debe elegir: seguir de rodillas o levantarse.