El partido italiano Unión de los Demócratas Cristianos y de Centro anunció este sábado el fin de 14 años de alianza electoral con Silvio Berlusconi y la constitución de una lista independiente para las elecciones de abril encabezada por su líder, Pier Fernandino Casini.
"Decidí aceptar la propuesta" de la UDC "de ser candidato al puesto de jefe de Gobierno", anunció Casini en un discurso mostrado en la televisión.
"Haremos campaña con nuestro símbolo y nuestra bandera", agregó, rechazando el ultimátum que le había lanzado Berlusconi para integrarse en su nuevo megapartido de derecha, Pueblo de la Libertad.
El PDL ha absorbido al partido de Berlusconi Forza Italia y a la Alianza Nacional de Gianfranco Fini.
"Tras catorce años de colaboración, le digo al amigo Silvio Berlusconi: no todo se vende en Italia", lanzó Casini, cuya formación es heredera de la histórica Democracia Cristiana.
Casini calificó al PDL de "nuevo partido populista y demagógico, un arca de Noé que puede comprar los emblemas pero no a los hombres y sus ideas".
La UDC logró 6,7% de los votos en las últimas legislativas de abril de 2006. Esta ruptura no está exenta de riesgos para Berlusconi y podría afectar en particular a su objetivo de lograr la mayoría en el Senado, a causa de la ley electoral que él mismo impulsó.
Por su parte, el nuevo jefe de la izquierda italiana, Walter Veltroni, presentó este sábado su programa electoral de 12 puntos con el que se propone "cambiar a Italia", prometiendo más crecimiento y menos impuestos, durante una asamblea del Partido Democrático en Roma.
En el plano internacional, Veltroni anunció que en el caso de victoria en las urnas en las legislativas del 13 y 14 de abril, el PD "confirmará las misiones (italianas) en Líbano, Afganistán y en los Balcanes, que han sido legitimadas por la ONU".
"Menos burocracia, menos conservadurismo. Más crecimiento, más libertad, más libertad, son los ejes que guiarán nuestro programa", declaró el ex alcalde de Roma, ante varios miles de miembros y responsables del PD, entre éstos el presidente del consejo italiano saliente, Romano Prodi.
"Italia debe moverse y reunir sus mejores recursos si quiere ser protagonista en un mundo que cambia", exclamó Veltroni.
Entre las medidas fiscales propuestas figura una deducción de 2.500 euros por cada recién nacido para luchar contra el envejecimiento de la población.
Veltroni prometió además una reducción anual de un punto en todas las franjas del impuesto a la renta a partir de 2009 y la instauración de una deducción a las empresas que contraten mujeres.
También se pronunció en favor de una ley sobre la paridad entre hombres y mujeres en el mercado laboral.
Veltroni abogó por una reducción "rápida" del endeudamiento de Italia, uno de los más elevados de la Unión Europea con más del 105% de su Producto Interior Bruto, y prometió reducir los gastos corrientes "en medio punto del PIB", a partir del primer año.
Respecto de la seguridad, un asunto tabú para la izquierda durante mucho tiempo, el ex regidor romano se pronunció por un "aumento del número de policías en las calles y por el uso de nuevas tecnologías".
Los militantes saludaron el final del discurso de Veltroni repitiendo el eslogan del candidato estadounidense a la investidura demócrata Barack Obama: "Sí se puede".
Según las encuestas, la izquierda italiana está por detrás de la derecha liderada por Berlusconi, pero la distancia se está acortando.
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