De verdad junto al pueblo

En tanto la comunidad internacional comienza a responder a la solicitud de ayuda ante la tragedia generada en el país por las lluvias y las inundaciones, el presidente Correa realizó otro vuelo de observación por las zonas afectadas.

En la Costa y en provincias de la Sierra, el implacable invierno que padecemos ha dejado a miles de personas sin hogar, sembríos y cosechas arruinadas, vías de comunicación y puentes destruidos, varios fallecidos y desaparecidos.

Ahora sí estamos en emergencia, de manera visible y palpable, una medida extrema a la que el régimen echó mano antes, sin una real justificación. Este es el momento en que nos damos cuenta de la necesidad de contar con recursos, como el Fondo de Ahorro y Contingencia o, por ejemplo, los que tenía la Defensa Civil para prepararse para enfrentar fenómenos como el que nos afecta.

Los reunidos en Montecristi deben mirar a su alrededor, y tomar lo que sucede como experiencia para que la nueva Constitución establezca los mecanismos necesarios para que ningún gobierno futuro disponga de los recursos que se destinen para prever y enfrentar tragedias como las que vivimos.
 
Que los preserven de la demagogia y el electoralismo por venir.

Hay una máxima que cualquier gobernante debe tener delante cada minuto de su mandato: las tragedias no se sobrevuelan, se está en ellas. Tampoco con frases, culpando a otros de los problemas, con discursos grandilocuentes y poses de barricada se las enfrenta y resuelve. Estar a la cabeza de un país comporta riesgos y sacrificios, algo que no pocos de nuestros próceres entendieron y asumieron con dignidad.