OPINIÓN/Víctor Gijón
martes 26 de febrero de 2008, 10:29h
El papel lo aguanta todo, pero es difícil mantener determinadas afirmaciones mirando a la cara de aquel al que se acusa. Mariano Rajoy no le aguantó la mirada a Zapatero.
La carga de la prueba corresponde a quien acusa. En el cara a cara de este lunes no hubo ninguna prueba y sí gravísimas acusaciones. Pero vayamos a asuntos concretos que, por cercanos, están más presentes en nuestra memoria.
Si el PP de Cantabria es una parte del PP de España, convendrán conmigo que sus posicionamientos sobre los grandes temas planteados por Rajoy --precios, emigración y lucha antiterrorista-- pueden darnos algunas pistas de si hubo verdad o no en las palabras del candidato conservador. De lo precios, las hipotecas y la situación económica, en definitiva de la economía, el PP de Cantabria pasó de anunciar el caos al silencio y del silencio vuelta al caos.
Anunciaron el hundimiento de Cantabria por su salida del Gobierno; callaron cuando pasados los primeros meses sus agoreras predicciones no se cumplieron, y han vuelto a anunciar el desastre cuando su partido a nivel nacional descubrió que con sus exabruptos sobre la España rota y roja no iban a ningún lado.
Sobre la emigración y sus males ni Sieso ni Diego han dicho nada. Y es que el discurso de Rajoy, xenófobo hasta decir basta, planteando una inexistente colisión de intereses entre emigrantes y nacionales en materia de vivienda, escolarización o atención sanitaria, sería un chiste en boca de quienes, como los populares cántabros, no han hecho una vivienda social, promueven clínicas privadas antes que centros de salud públicos y no son capaces de encontrar un solo pero en la escolarización obligatoria y gratuita para los cántabros, que son, Revilla dixit, todos los nacidos en Cantabria y también todos los que viven y trabajan en nuestra tierra, emigrantes incluidos.
Sobre la lucha antiterrorista y las agresiones a las víctimas, únicamente recordar que en Cantabria el agredido, afortunadamente solo verbalmente, fue el presidente Revilla increpado durante una concentración organizada por una asociación de víctimas y que contaba con el apoyo del PP. Es más, tanto Diego como Piñeiro y otros dirigentes del PP no tardaron en justificar los insultos al líder regionalista y jefe del Ejecutivo regional.
Esos son hechos y lo de Rajoy esta lunes palabras huecas escritas por colaboradores con experiencia en asesorar a la extrema derecha guatelmalteca. Un discurso al que Rajoy dio lectura como si fuera la guía telefónica o la lista de la compra.
Si (
No(
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