El pacto con el PNV y el pacto contra ETA

   La nueva legislatura y cómo desarrollarla será materia de debate en las horas siguientes, apenas se reanude el curso político, paralizado por las vacaciones de  Semana Santa.  Volveremos a tener alguna pista nueva acerca de los pactos de Gobierno y los pactos de Estado que pretenden constituirse para que estos cuatro años rueden mejor que los anteriores, en las cámaras legislaturas y en la política y relación de partidos, en general. Sobre pactos de Estado, hay bastante unanimidad en que, entre otras materias,  se pretende recuperar la unidad en la lucha contra ETA. El atentado de Calahorra muestra a las claras la disposición de ETA de no apearse de sus propósitos fundamentales, de reclamar la atención para sus fines y propósitos, lo que los nacionalistas vascos siguen calificando de "conflicto político vasco". Y éstos, el PNV, a su vez, también siguen reclamando sus propias metas y propósitos, esencialmente resumibles en la palabra autodeterminación. Andoni Ortúzar, del PN, ya ha establecido que "este es el momento de dar el salto cualitativo como pueblo", una vez que ha llegado a la conclusión de que si el PNV se refugia sólo en tu militancia, se conviertes en una sociedad gastronómica... Con rapidez le ha replicado Rodolfo Ares, del PSC: Las tesis autodeterministas del PNV alejan la posibilidad de acuerdo.

   No menos severa se anticipa la otra pelea pendiente, con Cataluña, sobre todo en razón de la determinación de los criterios de financiación autonómica. Antoni Castells, uno de los consellers más solventes de Montilla, después de señalar que "los diputados del PSC harán lo que se decida en Cataluña", y que "entre Cataluña y el PSOE, no les quepa duda de que el PSC estará con Cataluña" explica que "la financiación hace imprescindible buscar la unidad con CiU. Y que si no se reforma el modelo de financiación, la que pierde es Cataluña". Luego, reclama a sus socios republicanos, ya enzarzados en su batalla interna partidista: No sé si es demasiado esperar un poco de sensatez en ERC. Precisamente, el consejero de ERC más reivindicativo, Joan Carretero, pide el cupo para mantener el tripartito, y  presiona a la dirección republicana desde su corriente crítica para reclamar una financiación  propia... Sobre el acuerdo contra ETA, ha indicado El País que Zapatero quiere sumar a PNV y PP en ese nuevo consenso contra ETA. El pacto no estará escrito y se basará en cinco grandes principios.

   Sobre la banda y sus intenciones, hay varias sospechas: Primera, que Interior teme que ETA haya abierto  una campaña prolongada de atentados. Segunda sospecha: ETA amenaza el segundo mandato de Zapatero con un coche bomba en la casa cuartel de Calahorra. Otra interpretación más: ETA habría emprendido con el tentado de Calahorra una ofensiva para forzar otra negociación. Desde La Vanguardia nos cuentan que ETA alienta la línea dura  entre sus presos para impedir deserciones, y que la banda ha enviado a las cárceles  un boletín de amenazas al PNV, ELA y Aralar con una defensa de la línea recta de la organización. De lo que no caben dudas es de que ETA reta al próximo gobierno, y que la banda empieza la legislatura igual que la terminó...

   En cuanto a un eventual acuerdo de Gobierno con el PNV, éste quiere que el derecho a decidir sea el eje de un eventual pacto con el Estado. También se sospecha que el PNV propone que el pacto estatutario sea revisable y se base en el derecho a decidir. Quieren que el acuerdo con Zapatero pase por negociar los ajustes  constitucionales necesarios. Los mensajes de los líderes vascos en el Aberri Eguna  muestran la evolución de su discurso y su adaptación a la coyuntura política. Se asegura, de otro lado, que el PNV no quiere que  Ibarretxe adelante las elecciones por temor a una derrota, y que también este Aberri Eguna ha estado marcado por la exigencia del derecho a decidir. Sin duda, nos hallamos ante das decisivos para el PNV, por cuando las relaciones con el PSOE, se ven pendientes de cómo los nacionalistas asuman el resultado del 9-M. El PNV parece dispuesto a renunciar al Plan Ibarretxe  pero no a la autodeterminación. La fórmula podría pasar por la renovación del Estatuto de Guernica pero incluyendo el derecho a decidir.