Zaplana se va, Pizarro se niega

Dos severos golpes, recibió ayer el presidente del PP, Mariano Rajoy, por parte de dos de sus diputados, en el comienzo de la Legislatura: De una parte, Eduardo Zaplana, que abandona, siquiera temporalmente, la vida política, fichado por la Telefónica de Mariano Alierta. De otro lado, el que fue "gran fichaje del PP" en la campaña electoral, Manuel Pizarro, que se resiste y se niega a ser otra cosa que "diputado raso", tras rechazar con energía la propuesta para ser vicepresidente de la Comisión de Economía del Congreso.

   La primera de estas noticias ha suscitado la protesta y nueva discrepancia de Esperanza Aguirre: España no está sobrada de personas de su valía, se lamenta la presidenta de Madrid. Las consideraciones que suscita la marcha de Zaplana son de toda naturaleza, como no podía ser de otro modo. Naturalmente, todos respetan la voluntad del hasta ahora diputado del PP, y también la del presidente de l Telefónica, como no podía ser de otro modo. El abandono de su anterior cargo de portavoz del PP en el Congreso y su paso a "diputado raso" ya había suscitado gran cantidad de reacciones "póstumas" sobre su anterior responsabilidad, con evidente división de opiniones: Mientras para unos Zaplana era merecedor de toda suerte de parabienes y felicitaciones por la obra bien hecha, otro consideraron entonces que los cuatro últimos habían sido los de la crispación y la "conspiranoia": en ambas materias, Zaplana tuvo protagonismo importante en esa legislatura pasada, que ahora se pretende superar y hasta olvidar.

   Será impensable un recuerdo de la tragedia del  11-M sin el recuerdo del portavoz Zaplana, o el desplante que el portavoz "popular" hizo a Pilar Manjón, cuando ésta intervenía en la Comisión de Investigación del Congreso. No hay duda de que en esos cuatro últimos años, Zaplana fue socavando su prestigio político, en el Congreso de los Diputados, en el PP y sobre todo en su Valencia natal, donde su "amigo" Camps le segaba la hierba bajo sus pies y le imposibilitaba incluso presentar su candidatura en las listas de la región que había "pastoreado".

   Pues bien, Zaplana se saca ahora esa espina con su triunfo en la vida profesional, por razón de la nueva condición que le ofrecen Alierta y Telefónica: delegado de la operadora para Europa, y encargado, se asegura, de abrir puertas al grupo en Italia y Alemania, para impulsar las relaciones institucionales, o "para que haga lobby" en Europa. Añaden varios informadores que la relación de Zaplana con Berlusconi es una de las claves del fichaje, y que tratará de allanar el camino al grupo Telefónica en Italia.

   El ex ministro y ex portavoz reportará directamente al presidente de la operadora, y percibirá un formidable sueldo, que algunos elevan a un millón de euros. Se recuerda asimismo, la "tentación permanente" que tienen las empresas por pescar en el caladero de "jubilados" del PP, y se mencionan los normes del propio Aznar, de Rato, Matas, Piqué, Tocino, Arias Salgado..., aunque se podría, asimismo, elaborar una relación parecida de ex políticos socialistas, empezando por Felipe González, Narcís Serra, Javier Gómez Navarro, Javier de Paz...