Moratinos resuelve en Brasil el conflicto migratorio

Así coincidieron  los ministros de Exteriores de ambos gobiernos, Miguel Ángel Moratinos y Celso Amorim.

"Esa minicrisis, ese malentendido, está ampliamente superado", declaró Moratinos en una rueda de prensa junto a Amorim, con la que concluyó su visita de 24 horas a Brasil, última escala de la gira que comenzó en Haití y le llevó también a Argentina y Perú.
"Las relaciones entre los países son un gran libro. Esa era una página y está pasada. Las pasiones continúan", dijo Amorim, quien aseguró "satisfecho" que las medidas tomadas por ambos gobiernos para impedir "injusticias" y "abusos" en las no admisiones de ciudadanos de uno y otro país "están funcionando".

En febrero pasado, Brasil manifestó su malestar por el elevado número de ciudadanos de este país rechazados en España y endureció sus controles migratorios, con lo que no admitió a una treintena de españoles en cuestión de dos semanas.

El pasado 1 de abril, ambos gobiernos acordaron diversas medidas para ajustar los controles y, desde entonces, el "promedio de veinte brasileños" rechazados cada día en España ha bajado a "cuatro o cinco", precisó Amorim.

Ambos ministros subrayaron la "intensidad" y "excelencia" de las relaciones políticas, económicas y de cooperación entre ambos países que, según Moratinos, serán aún más reforzadas con una visita que el presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, hará a Brasil el próximo 15 de mayo.

Zapatero tendrá ese día un desayuno de trabajo con su homólogo Luiz Inácio Lula da Silva, tras lo cual seguirá rumbo a Lima, para asistir a la Cumbre Unión Europea (UE)-América Latina y Caribe.

Esa cumbre fue uno de los asuntos discutidos hoy por Moratinos y Amorim, quienes coincidieron en que uno de los asuntos fundamentales del encuentro deberá ser el fenómeno de las migraciones.
Moratinos consideró la cumbre como "un buen momento para fijar una posición de corresponsabilidad" en torno a las migraciones y buscar fórmulas que garanticen que el fenómeno "beneficie" a los países emisores y receptores.

También dijeron que han acordado que Brasil y España pedirán en esa cumbre que Haití "sea tratado como una prioridad", a fin de que la ayuda hacia esa empobrecida nación caribeña fluya más y se dirija a fomentar el desarrollo.

Los ministros también abordaron las "excepcionales" relaciones económicas bilaterales y valoraron la fuerte inversión española en Brasil, que llega a unos 35.000 millones de dólares y puede aumentar con un ambicioso plan de infraestructuras que tiene el gobierno de Lula.

Moratinos explicó que, en una reunión que tuvo hoy con directivos de empresas españolas que operan en Brasil, constató que "existe una satisfacción plena" y afirmó que "ahora hay que trabajar" para que la inversión brasileña en España sea igual o mayor.

Otro asunto incluido en las conversaciones fueron las estancadas negociaciones para un acuerdo de libre comercio entre la UE y el Mercosur, que Brasil forma junto con Argentina, Uruguay y Paraguay.

"Existe interés en retomar ese diálogo", dijo Amorim, sobre un proceso que ambos bloques acordaron supeditar a los resultados de la Ronda de Doha.

Los ministros acordaron además que buscarán fórmulas para afinar la cooperación bilateral con terceros países y dijeron que el próximo objetivo de ese trabajo conjunto será África, aunque sin mayores precisiones.

Moratinos aprovechó la oportunidad para respaldar el etanol que Brasil produce con caña de azúcar, un carburante al que junto con otros biocombutibles muchos responsabilizan por el alza de precios global de los alimentos.

"La política de biocombustibles de Brasil tiene todo el apoyo de España. Es un etanol bueno", declaró Moratinos.

Por diferentes atrasos en las agendas, Moratinos no pudo reunirse  con Lula, como tenía previsto, y tras la rueda de prensa emprendió el regreso a España.