No había caso

   Pues sí, es una buena noticia que la juez de Toledo María Lurdes Padilla haya denegado a Telma Ortiz y a su pareja, Enrique Martín-Llop, su pretensión de que en nuestro país se establezca la censura previa. La verdad es que pone los pelos de punta la simple pretensión de esta pareja. Eso sí, su caso ha servido para abrir un debate entre los periodistas además de en la sociedad. Se trata de debatir sobre los límites entre el derecho a la intimidad y el interés público, y hay que decir que esa es una frontera tan difusa que será difícil llegar a un acuerdo.

   Sería deseable que ahora el Gobierno no se deje presionar y caiga en la tentación de intentar regular el derecho a la libertad de información. Ahí están los tribunales de Justicia para dictaminar cuando se vulnera el derecho a la intimidad y a la propia imagen y ahí también está la doctrina del Constitucional, si es que el Alto Tribunal no se echa para atrás y cambia su doctrina, que visto lo que hemos visto con el Constitucional, todo puede pasar. En cualquier caso, hasta los abogados más legos aseguraban que las pretensiones de la pareja Ortiz-Martín LLop eran anticonstitucionales y que difícilmente la jueza Pérez Padilla podía ampararles.

   Pero volviendo al quid de la cuestión, o sea al debate que se ha abierto, no estaría de más que los periodistas nos "retratemos" y fijemos nuestra posición al respecto. Yo creo que en nuestro país hay programas televisivos que son auténtica basura y que nada tienen que ver con la libertad de información, pero creo que hay que distinguir entre quienes insultan, calumnian, injurian y buscan destrozar a un personaje público por el hecho de que es un personaje público, con el hecho de hacer una foto a ese mismo personaje a la salida de su casa, o cuando va en moto, o tiene un hijo, etc, etc, etc. Hay un periodismo rosa inocente y hay un periodismo rosa nauseabundo, y todos sabemos cuáles son el uno y el otro. En cualquier caso para el uno y el otro están los tribunales que son los que deben dictaminar en cada caso si se han vulnerado derechos o no, pero jamás imponer la censura previa, porque eso es tanto como pretender que los periodistas seamos peleles en manos de los personajes públicos que saldrán cómo y cuándo y dónde quieran y no en función del criterio de interés público.

   El caso de Telma Ortiz ha tenido una relevancia especial por ser hermana de Letizia Ortiz que al fin y al cabo es la esposa del heredero de la Corona de España. Pero esa animadversión que parece sentir Telma Ortiz por la prensa parece que es contagiosa porque hay fotógrafos que aseguran recibir un trato digamos que más que discutible cuando intentan captar alguna imagen de Felipe de Borbón y de Letizia Ortiz. En todo caso la decisión de Telma Ortiz y de Enrique Martín-Llop de solicitar la censura previa ha provocado un gran revuelo y también malestar en muchos sectores de la profesión periodística, incluidos aquellos que aparentemente les dan la razón, porque una cosa es lo que algunos colegas dicen en público y otra lo que comentan en privado. En cualquier caso insisto: una cosa es atacar la intimidad, injuriar, calumniar, etc, etc, etc, y otra muy distinta hacer una foto a la salida de casa o camino del trabajo, no me parece que esto último pueda resultar ofensivo para nadie, pero si ellos lo creen, ahí están los tribunales para que denuncien caso por caso.

   En mi opinión, independientemente de quienes les hayan aconsejado, no se han hecho un favor ni a ellos mismos ni a su real familia, por más que éstos les puedan apoyar. No estaría de más que escucharan lo que se dice en la calle, pero en la calle de verdad, no las opiniones de cuatro cortesanos interesados.