Dramática y espeluznante doble cogida grave de Frascuelo en Las Ventas

La expectación era grande porque el aroma de torería recia y antigua de Frascuelo, de sacrosanto arte y clasicismo, a pesar de sus 59 años, lleva lustros perfumando Las Ventas. Y pocas otras plazas más porque las estructuras de la Fiesta, tan manipulada como la política, la sociedad y/o la economía, jamás le dieron ocasión de medirse con tantos pegapases posmodernos vulgares a los que se idolatra como figuras, cuando Carlos Escolar les supera  de largo como oficiante de la liturgia táurica.

Le bastaron cuatro doblones por bajo, látigo dominador y caricia honda a la vez, aromatizados con dos monumentales trincherillas a su primer bicorne para levantar el runrún mágico de las grandes tardes. Después dio distancia, léase dio todas las ventajas al burel, para embarcarlo en redondo con profundidad oceánica preñada de arte. Y cuando rugían los tendidos de placer, la diosa Fortuna, que nunca quiso a Frascuelo, se presentó en forma de dos cornalones, dos.

El pitón izquierdo entró a saco en la anatomía del espada, y de la ilusión entre los espectadores se pasó al horror y sufrimiento. Así es la Fiesta y así es la vida. Ahí se acabó la función prácticamente, porque una capa de gris vulgaridad pareció atenazar a sus pegapasistas y posmodernos compañeros Israel Lancho, que confirmaba alternativa y cuyo único mérito para estar en la Feria es que le ayuda la empresa, e Iván García, aún sin recuperar de otro gravísimo percance y a años luz del prometedor novillero y matador de sus primeros tiempos.

Bien es verdad que los toros de San Martín y Cuadri, excepto el último de este hierro, no eran fáciles, pero tampoco tan malos como para que nos aburriéramos en grado superlativo. Así transcurría el tostón de corrida cuando apareció ese sexto, 'Aragonés' de nombre, alboreó casta y bravura -quizás el toro de la Feria- y Lancho, voluntarioso y tal, lo desaprovechó, aunque algunos naturales tuvieron enjundia y ortodoxia, Pero estuvo muy por debajo de lo que le requería el bicho y la oportunidad.

Para colmo, pegó un sartenazo que hizo guardia antes de agarrar la estocada definitiva y el presidente, con buen criterio, no le concedió la oreja. Fue el agridulce final de una tarde agria para la Fiesta en general y en particular para ese torerazo adaldid del toreo 'der güeno' y la pureza que es Frascuelo. Pronta recuperación, ¡torero!


FICHA Y PARTE MÉDICO

Dos toros de SAN MARTÍN, justos de presencia y flojos, el 1º mansote, el 2º manejable. Resto de CUADRI, iguales de trapío y desiguales de comportamiento: 3º, noblote; 4º, reservón,; 5ºcodicioso, y 6º encastado. FRASCUELO: herido grave por su primero. IVÁN GARCÍA: silencio, pitos tras dos avisos y silencio tras aviso. ISRAEL LANCHO, que confirmaba alternativa: silencio tras aviso; silencio; ovación. Plaza de Las Ventas. 18ª de Feria, Lleno con cartel de 'no hay billetes'.

Parte médico de Frascuelo: Dos heridas por asta de toro. Una en la cara posterior del tercio medio del muslo izquierdo con dos trayectorias, una hacia arriba de 20 cms. con sección del músculo bíceps femoral y otra hacia dentro de 15 cms. que alcanza el fémur y contusiona el paquete vásculonervioso. La otra herida en la cara interna del tercio superior del muslo derecho con una trayectoria hacia debajo de 20 cms. que causa destrozos en los músculos aductores. Herida contusa en la lengua. Pronóstico grave que le impide continuar la lidia.