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El ejemplo de Ibarretxe

miércoles 24 de enero de 2007, 09:36h

Einstein no tenía ni idea, pero a Ibarretxe le importa un bledo. El sabio científico decía que “dar ejemplo no es la principal manera de influir sobre los demás; es la única”. Conde Pumpido, el fiscal general del Estado,  no se mete en política ni hace valoraciones políticas, pero dice que la reunión entre el presidente del Gobierno vasco y Otegui, el líder de una visible pero ilegal Herri Batasuna “no constituye ningún delito político”. Ibarretxe sabe que está imputado por la reunión que mantuvo el pasado 19 de abril con Otegui, y por la que tendrá que comparecer en breve ante la justicia –también lo sabe el fiscal-, pero no ha tenido ningún empacho en volver a hacerlo con luz y taquígrafos. Enrique López, el portavoz del Consejo General del Poder Judicial le ha dicho a Conde Pumpido que “son los jueces los que deben decir si la reunión con Otegui (la anterior y la última), es o no delito”. Zapatero convocó recientemente al lendakari a La Moncloa pero nadie puede afirmar que el paso de éste de llamar a consultas a Otegui en Ajuria Enea tenga algo que ver con eso. Aunque, como Zapatero inició el diálogo con ETA, no creo que le haya dicho a Ibarretxe que no hable con Batasuna, sino más bien todo lo contrario.

Volviendo a Einstein, que no se imagina en qué lío le estoy metiendo, estoy de acuerdo en que nadie puede prohibir a nadie hablar con nadie. Eso es la libertad y la libertad debe tener siempre los límites imprescindibles. Otra cosa es el ejemplo. Zapatero habló, por vía interpuesta pero, al parecer, largo y tendido con los asesinos de ETA con un buen fin. La respuesta fue un salvaje atentado. Es posible que Otegui quiera el fin del terrorismo y la entrada en la vía política, porque la de ETA es una guerra perdida a corto plazo. Y, sobre todo, porque de otra forma, el mundo abertzale –sin los dineros que dan las elecciones y los cargos- puede entrar en un colapso económico. Pero hay algo que ni Zapatero ni Ibarretxe ni Patxi López, que también se reunió “ostentóreamente” con Otegui, pueden olvidar: es feo sentarse a la mesa, recibir en sede gubernamental, la de todos los vascos, a quien no sólo no condena a los asesinos, sino que forma parte de su entramado. No es buen ejemplo. La política de los gestos antecede siempre a la política de los hechos. Y este es un mal precedente. 

Seguramente habrá que hablar con ETA para que deje definitivamente las armas. Seguro que hay que hablar con Otegui, para que transmita a ETA que no se va a ceder hasta que abandonen las armas. Pero no parece que tenga que ser Ibarretxe el que hable con él ni es bueno que lo haga donde lo ha hecho. Por el ejemplo que hay que dar a los ciudadanos. Esa es “una lección, lo decía Morris West, que todos los hombres pueden leer”.  Casi todos.

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