"No ha habido malas intenciones y nosotros no vamos ha deteriorar nuestras relaciones" con Perú, dijo el canciller, citado por la Agencia Boliviana de Información (ABI, estatal).
Morales dijo el martes que veía a García "muy gordo y poco antiimperialista", tras recordar que en 1989 asistió en Perú a una conferencia del mandatario donde lo percibió como un "orador de primera, antiimperialista", y además, "muy flaco".
Por su parte, el canciller peruano, José Antonio García Belaúnde, respondió que los "excesos verbales" del presidente Morales complican las relaciones bilaterales entre Lima y La Paz.
Choquehuanca aseguró este viernes además en conferencia de prensa que su Gobierno daba el tema "por superado", tras las explicaciones ofrecidas por el embajador boliviano en Lima, Franz Solano, al canciller peruano.
Este es el último capítulo de una serie de recientes roces entre Bolivia y Perú, que comenzaron a mediados del mes pasado cuando Morales acusó a García y al presidente colombiano, Álvaro Uribe, de querer excluir a su país de la negociación comercial entre la Comunidad Andina (CAN) y la Unión Europea (UE).
Poco después, el Gobierno de García presentó una queja formal ante Bolivia por unas declaraciones de Morales en las que vinculaba a autoridades peruanas en un supuesto complot promovido por Estados Unidos.
Según Morales, esas autoridades cooperaban con la Agencia de Inteligencia estadounidense (CIA) para intentar extraditar al peruano Walter Chávez, ex asesor y jefe de campaña del mandatario boliviano.
La Corte Suprema de Justicia de Bolivia rechazó la petición de extradición de Chávez, que está acusado de terrorismo en su país por haber participado, presuntamente, en un caso de extorsión a dos empresarios en nombre del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA) en 1990.
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