En los primeros días de enero, Uruguay firmó un acuerdo marco para el fomento de las inversiones y el comercio con Estados Unidos. El día de la firma, el canciller no estuvo en la foto. El gobierno uruguayo estuvo representado por el secretario de la Presidencia, Gonzalo Fernández. De hecho, Vázquez designó a Fernández como su representante en esas negociaciones que, en su tramo fundamental, pasaron fuera de Cancillería.
La oposición llamó la atención sobre esa ausencia de Gargano y sobre otras. Por ejemplo, las gestiones de facilitación del diálogo con Argentina por la planta de celulosa de Botnia emprendidas por España no han tenido como interlocutor al canciller sino al tercer funcionario en el escalafón de la diplomacia uruguaya.
Estos hechos son vistos como señales de las diferencias que tendrían el presidente y su ministro de Relaciones Exteriores en temas claves de la inserción internacional de Uruguay. Así, el Partido Nacional pidió este jueves que Gargano renuncie. “Cuando hay que firmar, cuando hay que negociar, cuando hay que tratar cosas importantes, se sustituye” al canciller, dijo el senador nacionalista Carlos Moreira. “De hecho ya no es canciller”, enfatizó.
Pero el canciller dijo que se queda y que su cargo está a disposición del presidente. Según informó el semanario Búsqueda el jueves 8, cintando fuentes del oficialismo y del Partido Nacional, Vázquez estaría analizando la remoción de Gargano, lider del Partido Socialista, el mismo del presidente. El periódico agregó que se pensaría en el actual embajador en Estados Unidos, Carlos Gianelli, como su sustituto.
Otra perla la puso el ministro de Ganadería, José Mujica. Tras defender la gestión de Gargano, dijo que su sinceridad no lo hace apto para la Cancillería en declaraciones a Canal 10.