Si hay algo que demostró anoche el multitudinario homenaje a
Antonio Vega es que, cuando está a punto de cumplirse un año de su muerte, está más vivo que nunca en el corazón de todos los que le querían y amaron sus canciones. Y es que Antonio logró reunir en Palacio de los Deportes de Madrid a más de diez mil fervorosos seguidores de todas las edades que quisieron recordarle en un macro-concierto organizado por su hermano
Carlos y su primo
Nacho García Vega, con el que compartió la gloria del extinto grupo popero de la ‘movida madrileña’, Nacha Pop, reunidos por primera vez en el escenario desde su disolución para la ocasión.
La noche fue mágica, larga y muy variada. Treinta artistas – algunos muy cercanos a Antonio, otros no tanto- desgranaron una a una sus canciones, arropados por la banda que acompañaba habitualmente al cantante en sus actuaciones, y que consiguió un sonido inmejorable. Las únicas excepciones, las de
Enrique Morente, que puso los pelos de punto a muchos con su desgarradora interpretación de la canción Ángel Caído, y su personal toque flamenco. Y la de
Rosario, que salió al escenario con sus propios músicos, logrando con su habitual desparpajo e interpretando El sitio de mi recreo, despertar a un público todavía no demasiado entregado.
Mención especial también para los
hermanos Carmona, que al igual que los ‘nacha’ quisieron volver a ser por una vez de nuevo Ketama como tributo a Antonio, cantando magistralmente otro de más preciosos temas, Se dejaba llevar por ti.
La 'movida madrileña' no le olvida
Por el escenario desfilaron muchos más artistas, como
José María Granados, cantante de otro de los grupos que marcaron época, Mamá, y amigo de Antonio, que subió a cantar Persiguiendo sombras. O el incombustible
Miguel Rios, - que versionó Tesoros-; Burning; La Unión;
Manolo García;
Quique González;
Nacho Béjar;
Pau Donés;
Andrés Suárez; -
Nacho Campillo, de Tam Tam Go!; Shuarma;
Carlos Tarque, cantante de M-Clan;
Cristina Narea;
Germán Coppini;
Paco Cifuentes, - que sorprendió notablemente con Anatomía de una Ola-;
Coque Malla;
Coti y
Aurora Beltrán, del también desaparecido grupo Tahúres Zurdos. A la larga lista hay que añadir al
Gran Wyoming que ‘cantó’ Antes de que salga el sol; y el dúo Cómplices que con una intimísima interpretación de Una décima de segundo crearon una atmósfera de nostalgia por el cantautor, cuya imagen revivió tan solo en las enormes pantallas de vídeo colocadas en el recinto que reproducían algunos de sus antiguos conciertos. Un Antonio todavía sin ese deterioro físico con el que se fue al otro mundo -porque es así como hay que recordarlo-, y cuya voz se elevó ‘virtualmente’ en la noche mientras su banda, en directo desde el escenario, volvía a tocar con él.
Los beneficios del concierto irán destinados a organizaciones solidarias: Intermón, y las Escoles de Nicaragua, de la Fundación Margarita del Río (su compañera fallecida unos años antes que él).
El broche final lo pusieron los Nacha Pop reunidos como Ketama solo para la ocasión, que tocaron Atrás en la voz de su primo Nacho García Vega, totalmente entregado en la organización del concierto.
La chica de ayer
Y, como no podía ser menos, el tema La chica de ayer, que fue coreada como despedida por todos los artistas en el escenario con la complicidad de los asistentes al homenaje a uno de los mejores compositores que ha tenido y tendrá este país. Como rezaba el 'leit-motiv' del concierto, ¡Viva Antonio¡