Fue en 2012 cuando la Reserva Federal anunció que su objetivo de inflación era del 2%. Su doble mandato, máximo empleo y estabilidad de precios, viene de una regulación de 1978. Si estabilidad de precios es un 2%, ¿en qué nivel de empleo se cumple el objetivo? No lo sabemos, pero podemos deducirlo de sus proyecciones que lo sitúan en el 4.2%. El actual es 4.3%.
¿Por qué bajan los tipos? La referencia de inflación que sirve a la Reserva Federal es el PCE, acrónimo con el que nos refieren al índice de precios del gasto de consumo personal, y más concretamente al PCE subyacente, que excluye los alimentos más volátiles y la energía. El último dato es un 2.9% interanual en julio, más alto que junio, y más alto que mayo. Es moderado, pero persistente y levemente al alza.
UNA DECISIÓN “A RIESGO”
Un aspecto que destacar es el contexto del recorte. No hay tensión crediticia y los mercados parecen estar bien provistos de liquidez, de modo que un recorte de 25 pb en poco va a contribuir a incrementar la demanda de crédito. Los datos apuntan a unas ventas minoristas que se mantienen fuertes, síntoma de que hay liquidez y es consistente con la resistencia a la baja que muestran los precios. Explicado el recorte como una decisión “a riesgo”, tal y como la definió el presidente de la FED, parece acorde con los datos. Y lo es.
Ahora bien, que la mayoría de los miembros crean que serán precisos dos recortes más antes de que acabe el año, deja de ser una política que depende de los datos para pasar a una política prospectiva que asume que lo que nos espera son peores datos del mercado de trabajo y al menos, no peores de inflación. Se preguntó al presidente por la propuesta del nuevo miembro del Comité -el que no ha renunciado a su cargo en la Casa Blanca, algo inédito-, de incorporar un tercer mandato a la FED para que mantenga bajos los tipos de interés de largo plazo. En su respuesta fue todo lo escueto que sabe ser, para decir que eso es una consecuencia del doble mandato actual.
POR AQUÍ VAMOS
Entremos en modo aprendiz de brujo. Los gobiernos, en cualquier parte, no están por la labor de controlar el incremento de la deuda más allá de los límites que imponga que los mercados se vuelquen sobre ellos. Dedican más tiempo y medios a ver como expanden la base de los compradores de deuda, -las divisas digitales vinculadas a monedas fiduciarias pueden jugar un importante papel-, que a tratar de convencer a sus votantes de que son tiempos que exigen control y austeridad. Además de con innovaciones como las stablecoins, la deuda tendrá que ser tratada con crecimiento y con inflación. La fe en el crecimiento depende de la productividad que traiga la IA, porque la curva demográfica ya sabemos lo que aventura. Queda la inflación como último reducto.
No esperemos que nos digan, -todavía-, que la inflación forma parte de la solución, porque eso solo se producirá cuando sea la principal solución. Será entonces el momento donde se señale que el objetivo de estabilidad de precios pasa a ser 3% o 4%, porque siempre será mejor aceptar esto que mantener un teórico 2% que se ve sistemáticamente superado. Todos los casos tienen aspectos singulares, y el de Japón lo es todavía más debido a su enorme nivel de deuda, pero es interesante seguirlo, porque es donde más cerca están de una situación de muy difícil salida, por la que otros acabaremos transitando. Apenas apuntado, pero después de esta reunión de la FED, aparenta que por ahí vamos.
Consejero Delegado del Grupo Omega Financial Partners. Es economista, MBA por la IE Bussiness School y en Estrategia Internacional por la London Business School. Formado en el Chicago Mercantil Exchange, es experto en Options Risk Management por O´Connell & Piper de Chicago. Conferenciante y profesor de derivados financieros y divisas en diversos programas Master. Además, dirige los Comités de Riesgo de compañías de múltiples sectores de actividad, siendo miembro de varios Consejos de Administración. Ha sido contertulio habitual de emisoras de radio, miembro del equipo editorial de diversos diarios