La figura de la Cumbre

Sin restar importancia a los temas que se tratarán en la VII Cumbre de las Américas que se realiza en Trinidad, no hay duda de que el foro sirve a los mandatarios para impulsar su popularidad, destacarse con algún discurso de abundante contenido social o criticar abiertamente a otro gobernante, con o sin motivo alguno. Ello sirve para sazonar las especulaciones periodísticas y agrega un matiz particular a cada encuentro hemisférico.

La reunión que se inicia este viernes tiene distintas lecturas y debería ser recibida con agrado por la comunidad internacional, siempre que se tradujera en beneficios palpables para los pueblos del continente. El momento en que se realiza permite a los países un frente común, con directrices claras, para abordar la crisis financiera mundial y así avanzar hacia una economía que salga fortalecida.  Además, la Cumbre permitiría el relanzamiento de los vínculos de algunos Estados, distanciados por diversos motivos, en un ambiente de camaradería y de trabajo, que tiene como punto central el mejoramiento de las condiciones de cada uno de los pueblos de este multicultural continente.

Sin embargo, antes de iniciarse formalmente la Cumbre, ya se ha generado una polémica por la Declaración Final que se ha dado a conocer. El documento ha sido rechazado por el presidente venezolano Hugo Chávez, quien considera que está “desfasado” de la realidad. Varios jefes de Estado, como Bolivia y Nicaragua, se proponen apoyar a Chávez, aunque otros no lo harán. La “manzana de la discordia”, otra vez, es el respaldo de estos países a Cuba, que no está invitado por no pertenecer a la  Organización de los Estados Americanos.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, también asistirá a esta importante cita. Su intención es clara: "Escuchar, aprender y ayudar a liderar", según comentó el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs. Obama, quien se estrena en este tipo de reuniones, acude con el deseo de abordar asuntos relevantes como la crisis económica, la cooperación energética y la seguridad ciudadana. Pero ya ha lanzado algunos dardos sobre el tema cubano, señalando que espera que Raúl Castro ofrezca una mayor apertura democrática en la isla y que libere a cientos de presos políticos. Pese a ello, no se espera que caiga en las provocaciones que, seguramente, lanzará su homólogo venezolano, con quien posiblemente se reúna, pero no de manera bilateral, sino en el marco de un encuentro con los mandatarios de todos los países de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur).

Los mandatarios de Brasil, Luiz Inacio Lula Da Silva; de México, Felipe Calderón; de Argentina, Cristina Fernández y de Colombia, Álvaro Uribe, también tendrán un papel importante en la Cumbre. Sin embargo, Obama y Chávez serán los que atraigan la atención de los medios de comunicación. Sus posiciones, que se anticipan antagónicas, deberán mantenerse en un marco de cordialidad y respeto, que permitan establecer una comunicación fluida de cara a futuros encuentros.