La economía sumergida crece por encima del 25% del PIB

Es entonces cuando, desde todos los ámbitos, principalmente desde la Agencia Tributaria y desde las inspecciones de trabajo, se iniciaron campañas para descubrir y erradicar este tipo de economía que tanto daño hace al aparato productivo del país produciendo un dumping económico y social de incalculables consecuencias. Se logró que parte de esta economía florase. Incluso se llegó a hablar de algún tipo de amnistía fiscal para los empresarios que se decidiesen regularizar su situación.

   Pero todo ello se ha acabado con la crisis. Tanto Hacienda como la Inspección de Trabajo han detectado, en el transcurso del presente ejercicio, un alarmante incremento de los trabajos que se retribuyen "en negro", es decir, sin control ni fiscal ni laboral. El fenómeno se está dando, sobre todo, en el colectivo de inmigrantes, ecuatorianos, colombianos y ciudadanos del Este de Europa, principalmente, ya que éstos están más acostumbrados al destajo y a trabajar sin ningún tipo de contrato.

     El paro y la enorme dificultad para encontrar empleo  en tiempos de crisis han agudizado el fenómeno. Muchas personas se han visto en la necesidad de aceptar trabajos en los que no tienen ningún tipo de contrato ni regulación laboral. Cobran en metálico y nada más. No hay deducciones para las cuotas a la Seguridad Social  ni retenciones para abonar en IRPF. Oficialmente este tipo de empleos no existen. Pero en instancias más o menos oficiales y, sobre todo, en los sindicatos, se estima que este crecimiento se acerca al 25% del Producto Interior Bruto

     En el Ministerio de Economía se mantiene la doctrina de siempre. "Este tipo de economía no se reconoce. No existe oficialmente por lo que no tenemos datos". Pero en los sindicatos sí. Los sindicatos elaboran periódicamente estudios sobre esta materia. Los últimos en hacerlo han sido los de Comisiones Obreras. Y las conclusiones ofrecen ciertos datos inquietantes. Desde que estallara la crisis inmobiliaria, se ha comprobado un incremento del 28% en el sector de la construcción de empleos sin regular. Y en este sentido las centrales alertan: la construcción es una actividad muy proclive a la siniestralidad laboral, es decir, a los accidentes laborales. Si el trabajador carece de la mínima protección. Es decir, no tiene contrato, no tiene relación contractual alguna, ni abona la Seguridad Social, ni nada por el estilo corre el riesgo de quedarse totalmente desprotegido en caso de accidente laboral.

   También se ha detectado un incremento alarmante de la economía irregular en al sector textil. El calzado vuelve a los tiempos "de las catacumbas" con talleres clandestinos. La inspección de Trabajo de la Comunidad Valenciana dice haber descubierto del orden de l medio millar de este tipo de talleres, algunos fuera de sus competencias, en la provincia de Albacete, en Castilla La Mancha.

  Pero la comunidad que se lleva  la palma en lo que a economía sumergida se refiere es la andaluza donde se han llegado a descubrir, incluso, encargos de trabajo, algunos de ellos que requieren conocimientos técnicos como la grabación de datos informáticos, para, incluso, empresas financieras y de seguros.

  El Gobierno está dispuesto a luchar contra el este tipo de fraude, pero, tras más de veinte años de actividad sin lograr erradicarla, expertos como el profesor Sagardoy mucho se temen de que el resultado va a ser prácticamente nulo. Y más en tiempos de crisis