Ha sido éste un
35 aniversario de la Constitución un poco menos rimbombante que en otros años sin
números tan redondos: los ex presidentes del Gobierno aún 'hábiles'
-Felipe
González, José María Aznar y
José Luis Rodríguez Zapatero- han brillado una vez
más por su ausencia en los actos previstos en la madrileña Plaza de Colón
-izado de bandera- y en el recinto de la Carrera de San Jerónimo; Ausencias a
sumar a la ya prevista de los nacionalistas y separatistas (desde BNG a Amaiur,
pasando por ERC, PNV y CiU, y llegando a Compromís-Equo y Geroa Bai), y a la de
la izquierda real.
Tampoco han
asistido 12 de los 17 presidentes autonómicos, ni mucho menos alcaldes-presidentes
de Ceuta y de Melilla. Y de entre los invitados, por el número de asistentes
-'al peso'- es evidente que ha habido muchas, pero muchas faltas, porque había
en esta ocasión centímetros libres en las respectivas salas del Palacio del
Congreso en las que se celebra este evento cada 6 de diciembre.
La primera nota
anecdótica del acto -que estuvo presidido por los presidentes del Congreso y
del Senado,
Jesús Posada y
Pío García Escudero- la puso la Izquierda Plural
(IU-ICV-CHA): la diputada de IU por Madrid
Ascensión de las Heras se acercó al
Congreso, pero no para sumarse a la recepción institucional, sino para
denunciar ante los periodistas que la Carta Magna no se cumple, como ya hizo en
el Senado en la pasada edición el presidente del grupo,
Cayo Lara: "La
Izquierda Plural no participa de este teatrillo" porque considera que la
Carta Magna de 1978 es "la Constitución de la monarquía, del bipartidismo,
de la troika y de los mercados". Y se dio media vuelta y se fue.
Tampoco este año
el cóctel que se ofrece tras el discurso oficial del presidente del Congreso,
Jesús Posada, fue servido por el grupo Arturo, que es quien ostenta hasta enero
de 2014 la concesión de la cafetería de la Cámara Baja: lo ha servido en esta
ocasión el contiguo Hotel Ritz, con exquisiteces, sí, pero más bien pequeña
cantidad de viandas.
Los corrillos:
digan lo que digan...Lo más
interesante, como siempre, fueron los 'corrillos periodísticos'. Los más
buscados, naturalmente, fueron el presidente del Gobierno,
Mariano Rajoy, y el
líder de la oposición,
Alfredo Pérez Rubalcaba, quien, por cierto, este año ha
ganado el premio al mejor montaje: hizo el corrillo con todos sentados en una
amplia mesa, así todo el mundo podía escucharle. Algo difícil de lograr -él oír
lo que decía- con el presidente del Gobierno y con su vicepresidente,
Soraya
Sáenz de Santamaría, rodeados -literalmente- de periodistas.
Rubalcaba estuvo
interesante en su corrillo: reveló que habla mucho con Rajoy y que 'casi siempre'
le habla de la reforma de la Constitución; habló de lo 'pirado' que está
Cristóbal Montoro y del lío que ha montado en Agencia Tributaria, donde ha
hecho una auténtica 'caza de brujas' y para lo que el PSOE va a pedir una
comisión de investigación; confirmó que los sondeos de
José Félix Tezanos sobre
la recuperación del PSOE son ciertos y que en las europeas de mayo de 2014 va a
haber menos abstención porque se van a movilizar, curiosamente, los
antieuropeos, y comentó, respecto a la reforma constitucional que él mismo
preconiza, que una dirigente del PP -es decir,
Luisa Fernanda Rudí- le había
dicho que CiU ha roto el jarrón -de la Constitución- y que ahora nos toca a
nosotros "recomponerlo". Es decir, que su idea de reforma la ley de
leyes parece que está siendo asumida por el PP.
Rajoy, en sus
corrillos, fue menos metódico: es más dado a hablar del mar y de los peces,
pero tuvo que reconocer que sí, que Rubalcaba le ha hablado de la reforma de la
Constitución y que él no se cierra en banda, pero que hay que saber qué se
quiere reforma y con quién se cuenta. Incluso estuvo optimista en el lado
económico: dijo que vamos a crecer este trimestre entre 0,2 y 0,3 puntos.
La
vicepresidenta Sáenz de Santamaría se esforzaba en otro corrillo por convencer
a la prensa de que lo de la Agencia Tributaria es algo normal: que no es que Montoro
esté 'pirado', como dice Rubalcaba, sino que se trata de un simple ajuste y
renovación pendientes desde el mes de junio; habló también de
Cospedal y de lo
'contentos' que están con la sentencia sobre Bárcenas, porque, aunque Cospedal la
ha perdido, le han dado la razón en que ha sido injuriada y difamada; y, en
fin, reconoció que la polémica reforma del aún ministro
Ruiz-Gallardón sobre el
aborto no está aún en el índice del Consejo de Ministros, pero que... cualquiera
sabe.
Hubo otros
corrillos, como con Jesús Posada, que llegó a decir, para asombro de propios y
extraños, que "yo, al federalismo, nunca le he dicho que no". Y puede
ser, porque el muy federalista
Pi y Margall escribió en 1876 que "el federalismo
significa igualdad entre iguales"... y eso es justamente lo que no quiere
la Cataluña de
Artur Mas y de
Oriol Junqueras. Por eso andaba tan dolida
Cospedal, en otro corrillo, con el ex presidente Felipe González, que decía
este viernes en un diario de Madrid que no puede ser igual una autonomía como
la de Castilla-La Mancha que otra como Cataluña. Eso no es federalismo, según
Pi y Margall.
Más radiante
estaba
Rosa Díez, muy acompañada del también diputado de UPyD
Toni Cantó. Díez
estaba realmente indignada con Montoro y lo que está haciendo en la Agencia
Tributaria: tanto que augura que habrá 'traca' este miércoles en el Congreso,
en la pregunta que le va a hacer a Rajoy en la sesión de control. Por cierto,
que Rubalcaba confirmó que va a pedir una comisión de investigación al
respecto. El PP le dirá que no, pero por pedir que no quede.
Lea también:-
Aniversario de la Constitución: 35 años de una Carta Magna que muchos quieren cambiar a fondo-
Rajoy lanza en vídeo un mensaje sobre la conveniencia de mantener tal cual la Constitución-
El Gobierno se enroca: no habrá reforma constitucional, pero sí 'recortes de derechos', por M.Á.M.-
Todos quieren reformar la Constitución, pero muchos se lo callan, por Fernando Jáuregui