La vicepresidenta del
Gobierno,
Soraya Sáenz de Santamaría, ha realizado ímprobos esfuerzos por defender
a la ministra de Sanidad,
Ana Mato, cuya honorabilidad ha sido cuestionada
por el informe de la Brigada Central de Blanqueo de Capitales y Anticorrupción
de la Unidad Central de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF), obrante en el
Juzgado Central de Instrucción número 5.
Paralelamente, en Bruselas, al término del Consejo Europeo, Mariano Rajoy también ha defendido a Ana Mato, frente a las críticas internas al respecto: "Mantengo la plena confianza en la
ministra porque una de mis obligaciones es ser justo y creo que manteniendo la
confianza soy justo porque ella lo merece".
Puede que lo que se dice
ahí no sea delictivo (pagos a su ex marido,
Jesús Sepúlveda, y a ella misma de
fiestas, viajes, alquileres de coches, hoteles, etc., como desgrana nuestro
diario e-Xclusivo), pero tiene una calificación determianda, máxime para quien es
ministra de España.
Y en esas, la
vicepresidenta del Gobierno ha afirmado en la rueda de prensa tras el Consejo
de Ministros de este viernes que "hay que estar a lo que señalen los
tribunales". Se pronunció así al ser interrogada por la postura del Gobierno
respecto al informe de la UDEF que considera confirmado que la trama de
Francisco Correa ('caso Gürtel') entregó dádivas y regalos a Mato entre 2000 y
2004.
La vicepresidenta dijo al
respecto que "los jueces rechazaron una denuncia al respecto y ni siquiera
abrieron un procedimiento en 2011". Claro que Sáenz de Santamaría obvió que también
los jueces cerraron el caso para el ex Tesorero del PP,
Luis Bárcenas... y vaya
la que ahora se ha montado. Mato era coordinadora de Organización del PP cuando
se produjeron los hechos.
En todo caso, Sáenz de
Santamaría se ha remitido a lo dicho por el 'número 1' del Gobierno y por la
propia ministra afectada, que "ha dado explicaciones públicas". Pero la
vicepresidenta volvió a obviar que Ana Mato lo que hizo fue conceder una
entrevista a un diario en la que solo aceptó un cuestionario previo.
Y en esa defensa a
ultranza de su colega Mato, Sáenz de Santamaría echó mano del desmentido del dueño
de Interglobo, que ha negado que la contratación de seis máquinas de confeti
por valor de 4.680 euros estuvieran destinadas al cumpleaños de la hija de
Mato, y que fue por la fiesta del ascenso del Getafe Club de Fútbol a primera
división.
Pero lo que parece
incuestionable -lo pone muy clarito el informe policial- es el extracto que
publica
diario e-Xclusivo sobre los alquileres de coche, etc. a la propia Mato.
Y, así, preguntada Sáenz de Santamaría sobre qué credibilidad le merece
entonces la Policía, antes de verse cogida en pinza se vio obligada a decir:
"Tenemos plena confianza en las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del
Estado".
Por otro lado, Sáenz de
Santamaría se negó reiteradamente a hablar del 'caso Bárcenas', porque no le
correspondía a ella, vino a decir, limitándose a señalar que hay un proceso
judicial abierto al que el Gobierno "prestará máxima colaboración".
Sí dijo, no obstante, que "habrá medidas contundentes contra la
corrupción" cuando por fin se aprueben medidas para atajar esta lacra
larvada en la clase político-empresarial española.
A tal respecto, la
vicepresidenta anunció que habrá una reunión la próxima semana presidida por el
Secretario de Estado para las Relaciones con las Cortes con todos los ponentes
de la Ley de Transparencia, y dijo al respecto que "no hemos tirado la
toalla para llegar a un pacto anticorrupción".
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