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'Escenas de matrimonio' y 'Sarabanda'

La perfección por partida doble de Francesc Orella con el Bergman más teatral

La perfección por partida doble de Francesc Orella con el Bergman más teatral

martes 06 de abril de 2010, 10:47h
Mejor, imposible. O casi. Ese excelente programador que es Mario Gas, entre otras muchas cosas buenas, ha vuelto a dar en la diana. Las dos obras del genial cineasta Ingmar Bergman que se suben al Español en versión teatral, 'Escenas de matrimonio' y 'Sarabanda', dirigidas por María Angelet, rayan en la perfección. Como ese 'monstruo' y no menos genial actor que es Frances Orella.
La idea del polifacético intelectual que fue Ingmar Bergman, cuando rodó estas dos grandes películas, que protagonizaron Liv Ullman y Erland Josephsson, era la de mostrar con tanta verosimilitud como crueldad los conflictos y las heridas abiertas en las relaciones de pareja que ni el paso del tiempo ni la distancia pueden cerrar. Una idea que esta coproducción del Español y del teatre Nacional de Catlunya han captado y transmite a tope.

Así, en 'Escenas de matrimonio', gozamos de la excelente disección de la vida en una pareja tradicional, donde la pasión primera va dando paso a la cotidianidad, el aburrimiento, el conformismo ,la rebelión en el caso de él y la liberación de las cadenas invisibles a las que ella está sometida en su vida en común.

Partiendo de dos puntos de vista sociales convencionales y distintos al mismo tiempo, el masculino y el femenino analiza la evolución a peor en las relaciones matrimoniales. Los roles sociales en los que dos personas que se quieren se ven inmersos, y que, al mismo tiempo, les empujan hacia el hastío.

Cada uno se escapa a su manera. El encuentra su liberación en otra mujer más joven y ella, empujada por la realidad de su soledad obligada, aprende a ser ella misma y a liberarse de otras cargas adquiridas por su condición social de fémina.

Madurez y vejez de los mismos personajes

En el caso de 'Sarabanda', que puede verse en la misma función o en otra, partiendo de la vejez de los personajes anteriores a los que la vida les ha dado un poso de madurez, Bergman ahonda ahora en la personalidad de un hijo débil, sometido a dos mujeres, la madre y posteriormente la esposa, cuya personalidad insegura intenta proyectar en una hija a la que no quiere dejar volar, también por su dependencia hacia ella.

En ambos casos, es justo y necesario destacar la magnífica dirección teatral de la mano de Marta Angelet a la que además tenemos ocasión de ver en escena en Sarabanda. Aunque quizás hubiera venido bien algo más de acción y conflicto, sobre todo en 'Sarabanda' para que la intensidad no decaiga en algunos momentos..

A destacar, por encima de todo, además del acierto generalizado en escenografía, vestuario e iluminación, la perfecta interpretación de Frances Orella en su papel de Johann en la primera de las obras y de Erik en Sarabanda. Dos registros completamente distintos, que borda, que nos estremece y donde demuestra su ya contrastadísima versatilidad como actor. Sin olvidar el buen trabajo del resto: Mónica López, Miquel Cors, Mata Angelat y Aina Clotet.
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