La comisión de comparecencia del director del CNI,
Alberto Saiz, ante la Comisión de Fondos Reservados del Congreso de los Diputados – que se celebró a puerta cerrada- parece que no ha logrado despejar muchas incógnitas...
Su llegada ya de por sí, no fue muy reveladora. No estaba Alberto Saiz, director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), por facilitar la labor a los periodistas por eso Saiz entró prácticamente de 'extrangis' en la Cámara Baja.
El jefe de los espías llegó a la Carrera de San Jerónimo antes de las doce del mediodía, pero en lugar de subir por las escaleras hasta la sala Mariana Pineda, situada en el primer piso del antiguo edificio, lo hizo en el ascensor, desde el garaje. Los servicios de la Cámara abrieron una de las puertas laterales por donde se accede a la tribuna de prensa del hemiciclo - cerrada a esas horas- para que Saiz no se encontrara con los periodistas.
Tras más de tres horas de espera, eso, si, a la salida, a Saiz le interesaba hablar y salió por el pasillo principal para dejar claro que había aportado documentación que supuestamente acredita su inocencia y desmonta las acusaciones que se han vertido contra él, entre otras irregularidades, cazar y pescar a cargo de los presupuestos del CNI y hacer arreglos en su domicilio particular también con dinero público. Sin embargo, la oposición no lo considera igual y es que tampoco han podido ver los 'papeles exculpatorios' de los que tanto alardea el 'jefe de los espías'.
Los portavoces han protestado porque el presidente del Congreso,
José Bono, ha decidido recoger las facturas para que fuesen registradas, calificadas y según su calificación, si fueran susceptibles de que fuesen vistas por los portavoces de los grupos parlamentarios, de uno en uno en el despacho del Secretario General de la cámara baja podrían acudir a echar un vistazo... Vamos que habrá que 'sacar conclusiones' sin oler de cerca ni una sola de las pruebas...
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