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Un conductor de Uber denuncia: los taxistas boicotean e incluso agraden a su colectivo por ser competencia

> El sector del taxi se defiende hablando de ilegalidades y se desvincula de los actos violentos

miércoles 15 de marzo de 2017, 13:09h

Este jueves tiene lugar en Madrid una manifestación y unos paros organizados por los taxistas madrileños en contra de la llegada de los servicios de las multinacionales Uber y Cabify. Consideran estos taxistas, representados en esta protesta por las 4 asociaciones mayoritarias (Asociación Gremial del Taxi de Madrid -AGATM-, Federación Profesional del Taxi de Madrid -FPTM-, Asociación Madrileña del Taxi -AMT- y Élite Taxi Madrid), que la llegada de estas compañías extranjeras minan el servicio público del taxi y atacan su viabilidad económica.

Un conductor de Uber denuncia: los taxistas boicotean e incluso agraden a su colectivo por ser competencia

Reclaman por eso al Ayuntamiento una apuesta por el sector público que frene la privatización de hecho de este servicio. El sector del taxi madrileño se compone de 15.700 conductores bajo licencia, la gran mayoría, trabajadores autónomos, mientras que Uber y Cabify, entre otras, sólo suponen el enriquecimiento de las grandes multinacionales que tienen detrás, que además son extranjeras y tienen sus sedes fuera de España y no van a tributar en el país.

Uber denuncia ataques de taxistas

Sin embargo, siempre hay que escuchar todas las versiones y a todos los actores de esta compleja situación del transporte personal en Madrid, que también está vigente en grandes ciudades del país, como Barcelona. Diariocrítico se puso en contacto con conductores de Uber, y uno de ellos nos dejó un inquietante testimonio, aunque ha deseado mantenerse en el anonimato. Este conductor, chófer de profesión, presta servicios para distintos clientes y empresas, entre ellas Uber. Reconoce tener familiares taxistas y por eso está especialmente indignado por lo que ve diariamente en las calles de la capital.

Según este conductor de Uber, su colectivo estaría sufriendo ataques de los taxistas: "A nosotros nos insultan, nos escupen, nos cortan el paso, nos echan ácido en los coches, ponen clavos para que pinchemos", asegura. Entiende en parte las reivindicaciones del colectivo del taxi de Madrid, pero argumenta: "Pretender impedir la libertad de negocio también es negar el pan a muchos trabajadores".

En cuanto a sus denuncias, nos explicó que también sufre "agresiones físicas", que "también hay de vez en cuando", según su versión. De todas formas, no lo extiende a la mayoría de este colectivo laboral: "Habitualmente, las cosas no van más allá de malos gestos o palabras desagradables, pero cada poco tiempo uno sufre o se entera de algún episodio como los que he descrito".

También les ponen otro tipo de obstáculos: "Algunos, entre ellos los de Élite Taxi, se dedican a llamar continuamente a la Policía Municipal en cuanto ven un coche VTC [vehículo con autorización de arrendamiento] parado en doble fila esperando a algún cliente, por el simple hecho de molestar y a ver si nos ponen alguna multa, por casualidad". Aunque no sólo suelen ser este tipo de problemas: "Es habitual encontrar clavos en los lugares donde solemos aparcar y marcas de ácido en la pintura de nuestros coches".

Considera que muchos taxistas no se han adaptado a los tiempos actuales y que "los clientes nos remiten quejas a diario por el servicio que muchos ofrecen", además de achacarles poco esfuerzo y tener unas tarifas fuera de mercado. "Obviamente, suelen negar todos estos hechos, y seguro que son minoría quienes los perpetran, pero una minoría numerosa y que se comporta como una mafia ejerce la extorsión", denuncia este conductor indignado por su relación con los taxistas oficiales de Madrid.

La versión de los taxistas

A continuación, Diariocrítico contactó con las asociaciones madrileñas que agrupan a los taxistas de la capital para conocer la otra cara de esta desagradable pugna. Entre otros, nos atendió Jesús Fernández, vicepresidente de la Federación Profesional del Taxi de Madrid (FPTM). Lo primero que nos puntualiza cuando le hablamos de las denuncias de los conductores de Uber es que "en principio, Uber no tiene trabajadores porque no hay coches de ellos". Lo que ocurre, explica, es que "hay coches VTC que trabajan para esa aplicación".

Los coches VTC han generado un problema en los últimos tiempos y estas asociaciones gremiales del taxi señalan al Ayuntamiento de Madrid como culpable. Las siglas VTC corresponden a "Autorización de arrendamiento de vehículos con conductor", que permite que estos coches presten servicios privados de transporte bajo unas condiciones. Fernández denuncia que los coches VTC "tienen un normativa que es muy clara", y destaca que las normas "no dicen donde tienen que estar pero sí donde no deben estar", en referencia a sus restricciones legales para no chocar con los servicios de taxis.

Denuncia que muchos particulares y empresas van al organismo que los expide, piden licencias y luego los usan en algunos casos para Uber o Cabify, cuando en teoría estas aplicaciones o servicios de contratación de transporte debería estar destinado a coches particulares de personas que presten ese servicio. "Son licencias que no les han costado nada y luego las venden por 20.000 euros cada una de media", se queja este representante de los taxistas. Y nos explica más a fondo la situación: "A nivel estatal hemos pasado en poco tiempo de 2.563 licencias VTC a 5.486, se han duplicado... si se multiplica por 20.000 euros cada una... es un negocio tremendo".

Para entendernos, el sector del taxi dice convivir a gusto con las VTC que son para no salirse de su permiso: coches aparcados en determinados sitios, como hoteles de lujo, que "convivían sin problemas porque los servicios estaban previamente contratados... es decir, el hotel que sea puede contratar a sus conductores y dar servicios a clientes". Lo que ocurre, es que "ahora, con las tecnologías con apps mercantiles pues pasa que actúan como taxis".

Por eso reconoce que sus asociados "llaman a la Policía, claro, porque no pueden hacer lo que hacen", respondiendo así a una de las quejas que nos hacía el conductor de Uber tratándolo como un acoso. Además, asegura que también se llama a las autoridades para denunciar a otros taxistas compañeros que incumplen las normas. Fernández repasa la normativa y destaca que Uber y otras empresas semejantes "no pueden propiciar la captación de clientes, eso sería confluir con el mercado del taxi; tienen licencias para transportar pasajeros, pero no como se están usando, así están incumpliendo una norma".

"Un señor que tiene un VTC y vive en Fuenlabrada no se puede poner en Madrid y, por ejemplo, colocarse en Atocha para captar servicios. Es ilegal hacerlo. Argumentan que son legales porque tienen contrato con una mercantil, con Uber o Cabify, pero no pueden estar en las inmediaciones de lugares como la estación de trenes de Atocha o del aeropuerto, ni cerca de hoteles, paradas de taxis, centros comerciales... son espacios para taxis púbicos, lo dice la normativa", recuerda Fernández.

Respecto a los actos violentos denunciados desde algún conductor de Uber, la Federación Profesional del Taxi de Madrid lo engloba en "actos minoritarios" a título personal que nunca están defendidos o animados por parte de su asociación. Además, quiere denunciar justo el caso contrario: "Hace unos días a 50 compañeros les rompieron las lunas, concretamente entre la noche del 8 y 9 de este mes de marzo y no vamos culpando a Uber, serán señores que están como cabras...".

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