El Consejo y el Parlamento Europeo han logrado sellar un pacto sobre la migración y el asilo para gestionar de manera más eficaz la crisis migratoria. El acuerdo reforma notablemente la política migratoria de la Unión Europea para controlar de forma más acertada los flujos.
Este paquete legislativo se inició en 2020, pero por fin los 27 han podido cerrar los últimos escollos para que salga adelante.
Todavía queda el visto bueno de la Eurocámara, pero se espera que la votación sea fácil y entre en vigor lo antes posible.
En los últimos años la inmigraición irregular se ha incrementado en la UE, especialmente en los países que se encuentran en la primera línea fronteriza como España o Italia, entre otros.
Una situación que se ha visto agravada por las guerras y conflictos bélicos en las fronteras exteriores de los últimos años.
La situación en zonas como Canarias, Lesbos (Grecia) o Lampedusa (Italia) es crítica ante el aluvión de migrantes que reciben y cuya gestión y control les sobrepasa. Son solo algunas de las regiones con miles de llegadas cada año que con la nueva legislación aprobada esperan poder tener más ayuda.
Claves del nuevo pacto
El principal eje del acuerdo alcanzado es la solidaridad entre los 27. Como hemos mencionado, existen países que reciben muchos más inmigrantes dada su ubicación geográfica limítrofe.
El pacto reforzará el control de las fronteras exteriores de la UE y a su vez potenciará la solidaridad entre los Estados miembros.
De esta forma se intentará llegar a un equilibrio entre solidaridad y responsabilidad.
Cuando un socio esté desbordado ante la llegada masiva de migrantes, los demás deberán responder ante ello mediante 2 formas: aceptando reubicar a parte de los migrantes o compensando al Estado miembro por cada persona que rechace acoger.
Según los objetivos, la meta es trasladar a unos 30.000 inmigrantes cada año, pero los que se nieguen a aceptar deberán pagar una compensación de 20.000 euros por cada migrante rechazado.
De esta forma se intentará potenciar la solidaridad para dar una respuesta conjunta y por otro incrementar los fondos de los países en primera línea para una mejor gestión de los recursos en esta materia.
Se endurecerán los controles fronterizos y la evaluación de las peticiones de asilo será más rápida para devolver antes a los migrantes que procedan de países considerados seguros.
Los que precisen de protección internacional por pertenecer a colectivos vulnerables, tendrán garantizada su atención. El objetivo es que los controles sean más rápidos y eficaces para distinguir qué personas necesitan protección y asilo rápido.
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