La ministra del Interior británica, Suella Braverman, ha dejado su cargo en plena crisis política por la gestión de la primera ministra de Reino Unido, Liz Truss. Ha sido la propia Braverman quien ha enviado una carta a la primera ministra y la ha publicado en Twitter:
En la carta ha explicado los motivos de su salida del Gobierno: "Durante el día de hoy, envié un documento oficial desde mi cuenta personal a un colega parlamentario en el que confío" con el objetivo de "recabar apoyos para una medida del Gobierno sobre inmigración". Con estas palabras, la hasta ahora ministra admitió que esa acción iba contra las reglas: "Lo correcto es que me vaya", ha recalcado Braveman.
"El acto de gobernar tiene que llevarse a cabo por parte de personas que aceptan la responsabilidad por sus errores. Pretender que no ha habido equivocaciones, seguir adelante como si nadie hubiera visto que las hemos cometido y esperar que las cosas se arreglen por arte de magia no es serio en política", ha añadido la ex ministra.
Por su parte, el diario The Guardian asegura que la antigua abogada general del Estado ha sido despedida por orden del nuevo ministro de Economía, Jeremy Hunt, quien desde su llegada ha estado acaparando buena parte del poder en el Ejecutivo de Truss.
Además, estos movimientos en el Gobierno se han producido justo después de que un 6º diputado "tory" haya pedido este miércoles públicamente en el Parlamento la dimisión de la primera ministra. El conservador William Wragg ha dicho ante la Cámara de los Comunes que se siente "avergonzado por no poder mirar a la cara a los votantes" tras el caos económico desatado por las medidas de Truss.
Una encuesta publicada esta tarde por la firma Savanta ComRes situó al Partido Laborista con una ventaja de 30 puntos porcentuales respecto a los conservadores (52 % laboristas frente a un 22 % los "tories").
Esta renuncia agrava la situación del Gobierno de Truss, que apenas tiene un mes y medio y ya ha sufrido dos bajas importantes, puesto que el viernes pasado Truss cesó al que fuera hasta entonces su ministro de finanzas, Kwasi Kwarteng.
La presión dentro del Partido Conservador para que Truss abandone es cada vez mayor, aunque ella misma ha dicho que no piensa hacerlo, pese a la marcha atrás de su plan fiscal, que fue lo que la llevó al número 10 de Down Street.
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