La guerra en Ucrania cumple hoy 486 días, pero los ojos están puestos por primera vez en Moscú y no tanto en Kiev, pues al líder ruso Vladímir Putin le ha salido un grave imprevisto: sus mercenarios se han rebelado.
El Grupo Wagner, liderado por Yevgueni Prigozhin, ha sido clave para Moscú en todo el conflicto ya que con ellos ha logrado muchos avances.
En el pasado han tenido ciertas discrepancias, especialmente con el ministro de Defensa ruso Serguéi Shoigú, pero la situación ahora es crítica.
En su canal oficial de Telegram el grupo se ha declarado en rebeldía y ha tomado la ciudad rusa de Rostov acusando al Kremlin de bombardear sus posiciones y marchan hacia Moscú.
La denominada como 'Marcha por la Justicia' parte desde dicho municipio al sur de Rusia con el objetivo final de llegar al Kremlin en Moscú. Según recogen varios medios, una hilera de tanques y camiones está en marcha y han llegado ya a la ciudad de Voronezh, que se sitúa a unos 500 kilómetros de Moscú.
Putin activa la alerta antiterrorista y blinda Moscú
Se estima que el grupo está conformado por unos 25.000 hombres, por lo que Putin ha reforzado toda la ciudad con medidas antiterroristas y ha garantizado que Prigozhin y los suyos "serán castigados".
Ha calificado la sublevación de "traición" y ha firmado una ley que permite detenciones durante 30 días para los que quebranten la ley marcial.
Las autoridades rusas han suspendido todos los eventos y han instado a la población a no salir de casa.
El líder de los mercenarios, además de acusar a Rusia de atacarles, ha criticado la estrategia de los líderes y ha asegurado que los avances que venden no son tal y que Ucrania tiene más posiciones de las que los mandos rusos informan.
"Las Fuerzas Armadas de Ucrania aplastan al Ejército ruso, mientras nos bañamos en sangre, nadie envía reservas, no hay ningún mando", ha reprochado.
Reunión de urgencia en la UE y el G7
La situación está siendo seguida muy de cerca por toda la comunidad internacional ya que la rebelión interna podría provocar otro conflicto de gravedad.
Los responsables diplomáticos de la UE y del G7 se han reunido de urgencia para analizar la situación y ver cómo se debe actuar.
Y los países colindantes con Rusia como Georgia, entre otros, están pidiendo más refuerzos en la frontera ante un posible aluvión de migrantes rusos que huyan del conflicto.
El presidente de Turquía, Tayyip Erdogan, ya ha hablado con Putin y le ha trasladado su apoyo pero le ha instado a actuar con "sentido común".
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