El regulador nuclear de Japón aprobó el viernes un plan para liberar más de un millón de toneladas de agua contaminada de la planta de la central nuclear de Fukushima al océano.
Esta decisión ha provocado el malestar de la vecina al otro lado del mar China.
Se trata de agua contaminada con tritio, un radionucleido que no puede ser eliminado y se asegura que no contamina el océano. Esta agua tritiada proviene de la lluvia, aguas subterráneas o inyecciones de agua que se realizan para enfriar los reactores nucleares.
Según expertos, el tritio solo es peligroso para los humanos en dosis muy concentradas, y la liberación al mar se hará a lo largo de varias décadas.
El accidente nuclear
El accidente nuclear de Fukushima es imposible de olvidar. Comenzó en la central nuclear el 11 de marzo de 2011 tras un terremoto de magnitud 9,0 en la escala de Ritcher que además provocó un tsunami en la costa noreste de Japón.
La planta nuclear, operada por la empresa Tokyo Electric Power Company (TEPCO), contenía 6 reactores de agua en ebullición construidos entre 1971 y 1979.
Se atribuye un muerto al accidente: en 2018, 7 años después del desastre, se atribuyó un fallecido de cáncer al evento del 2011.
En 2021, la Agencia de Seguridad Nuclear e Industrial (NISA) elevó el nivel de gravedad del incidente a 7 en la Escala Internacional de Accidentes Nucleares para los reactores 1, 2 y 3, el máximo en la escala INES y el mismo nivel que alcanzó el accidente de Chernóbil de 1986.
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