El día que tanto temían muchos europeos ya ha llegado: Italia, pieza básica en la UE, ya está gobernada por la ultraderecha y los ultraconservadores.
Giorgia Meloni, de los posfascistas de Hermanos de Italia, ya es la primera ministra del país -primera mujer en el cargo- y ha nombrado como vicepresidentes a sus necesarios socios de gobierno.
En concreto, Matteo Salvini, de ultraderechista La Liga, será viceprimer ministro y Antonio Tajani, de Forza Italia, el partido de Silvio Berlusconi, será el otro vicepresidente, además de ministro de Exteriores. El líder de la formación y ex primer ministro será senador.
El presidente de la República, Sergio Mattarella, hijo de un un activista antifascista perseguido por la dictadura de Mussolini, ha tenido que ver cómo Meloni y los posfascistas tomaban el poder.
El gobierno que viene ahora
El Gobierno de Meloni será tripartido, entre Hermanos de Italia, Liga y Forza Italia, no sin riesgos de continuos enfrentamientos por el choque de egos, que ya ocurrido durante la campaña e incluso tras las elecciones.
Además, en este tiempo se filtraron los audios de Berlusconi, en los que tachaba de "arrogante" a Meloni, poniendo en peligro los acuerdos.
Otro punto de fricción será la postura italiana frente a la Rusia invasora de Ucrania. En teoría no está en duda el alineamiento italiano a la OTAN y los socios europeos, pero Berlusconi y su partido darán batalla tras conocerse los fuertes lazos que mantiene con Vladimir Putin, a quien en estos audios considera como uno de sus mejores amigos personales.
Sin embargo, el partido de Berlusconi ha apostado por un perfil más moderado y europeista en su contribución presencial en el gobierno. Tajani, segundo vicepresidente, ha sido Comisario Europeo en varias carteras, como Transportes e Industria, y también fue vicepresidente de la Comisión Europea. Por último, entre 2014 y 2017, fue vicepresidente del Parlamento Europeo, para pasar después en 2017 a ser presidente.
De Meloni también se espera un perfil más moderado una vez que ha tomado el poder después de años con campañas populistas para hacerse con una presencia en el electorado. Pese a sus diferencias en la concepción de la UE, ya se ha comprometido a una total colaboración con los socios europeos.
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