Vladimir Putin entra en una nueva fase de la gestión de la guerra en Ucrania y ha llamado a la movilización de nuevos efectivos militares para intentar ganar su ofensiva en el país vecino.

En concreto, el presidente anunció que movilizaría a 300.000 reservistas para hacer frente a la contraofensiva ucraniana y proteger la celebración de referéndums de territorios prorrusos como Lugansk, Donetsk, Jersón y Zaporiyia, que votarán por una autonomía total de Ucrania y su anexión a Rusia.

Putin, con este paso, deja claro que no puede ganar la guerra con las tropas y efectivos empleados hasta ahora y los 7 meses de guerra han sido en parte una derrota para lo que parecía una invasión sencilla al país vecino y 'pequeño'. El viejo objetivo de hacer caer el gobierno de Volodymyr Zelensky en días ha sido ya olvidado después de todo este tiempo, en el que lejos de debilitarse, se ha reforzado.

Ahora Rusia se centra en defender los territorios prorrusos que votarán por formar parte del vecino del este e independizarse de Ucrania. Putin tendrá así vía libre para introducir tropas masivas en estas zonas y presionar más a Ucrania en la línea divisoria.

Mientras, el malestar ya ha crecido con este anuncio entre la sociedad rusa, que apenas se ha pronunciado en todo este tiempo ante el temor a represalias. Llamar a reservistas y dejar abierta una llamada a alistarse a las tropas en el futuro ha hecho que se celebraran algunas protestas, que han acabado, según varias fuentes, con más de mil detenidos entre los críticos al presidente.

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Llamamiento a jóvenes

La llamada a alistarse es para todos los ciudadanos rusos y no se descarta que estudiantes y jóvenes que prestan el servicio militar puedan ser llamados a entrar en batalla. Se habla de unos 25 millones de varones.

Si bien es cierto que Putin tiene grandes apoyos sociales tanto a su poder como a la "operación especial" en Ucrania, que los jóvenes tengan que ir a la guerra son palabras mayores y el presidente encontraría en este punto una clara línea de oposición social. Una cosa era apoyar una invasión con las actuales tropas y otra bien distinta es llamar a ciudadanos a participar en una guerra que ya no sería deseada.

Esta llamada se une a la reciente que hizo entre presos rusos, a cambio de beneficios penitenciarios o incluso el fin de las condenas de prisión. Putin necesita efectivos y crecen las críticas por la falta de preparación y formación entre las tropas.