La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen y el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, han anunciado una ayuda conjunta por valor de más de 500 millones de euros a Mauritania para gestionar la migración y el apoyo a los refugiados que acoge ese país, entre otros objetivos.
La declaración se ha realizado en la capital, Nuakchot, en compañía del presidente mauritano, Mohamed Ould Ghazouani, en un momento de llegada sin precedentes de migrantes a España y, en concreto, a Canarias.
Sólo en enero de 2024, 7.270 migrantes arribaron al archipiélago, el equivalente al total de migrantes llegados a sus costas durante todo el primer semestre de 2023.
Según datos del Gobierno español, Mauritania es uno de los puntos principales de partida para los migrantes que llegan a nuestro país, con un total de 80% de embarcaciones que parten desde sus costas hacia la Península.
Aunque Sánchez ha abordado otros temas de inversión, la inmigración ha cobrado un papel protagonista, siendo la base de la ayuda integral que se va a brindar al país africano.
Para hacer frente a la presión migratoria que afecta a España en el último mes, el jefe del Ejecutivo ha asegurado que "fortaleceremos nuestros proyectos de colaboración ya existentes, relativos a control fronterizo, y exploraremos posibles fórmulas para facilitar la migración regular".
En ese sentido, ha comunicado que ya se está hablando entre los gobiernos de España y Mauritania sobre proyectos de migración circular como los que ya se han puesto en marcha con otros países y ha reiterado su defensa de garantizar flujos migratorios ordenados y seguros.
Ayudas en desarrollo ecológico y humanitario
Además de las ayudas a la migración, los fondos irán destinados al desarrollo ecológico de Mauritania y la inversión en energías renovables. El líder español también ha confirmado un aumento de los instrumentos de cooperación al desarrollo por valor de 60 millones de euros como la creación de medios para evitar la desertificación y la sequía. Y otros 50 millones adicionales serán destinados a proyectos de cooperación financiera y creación de inversiones de empresas españolas en Mauritania.
En total, España promete un desembolso por valor de unos 310 millones de euros, que se sumarán a los 200 millones prometidos por Bruselas.
"Nuestro objetivo debe ser la consecución de un desarrollo sostenible e inclusivo en Mauritania. Ese debería ser también el objetivo para la Unión Europea y España", ha señalado la Presidencia del Gobierno en un comunicado.
La justificación de esta ayuda está en el impacto que están provocando los conflictos y el yihadismo en Mali y Níger en el proceso migratorio de la región.
Maritania, además de ser el lugar de partida de emigrantes que emprenden la peligrosa ruta atlántica hacia las islas Canarias, también es receptor de migrantes que huyen de la guerra del Sahel.
Las autoridades involucradas en las recogidas de embarcaciones ilegales subrayan la precariedad y las malas condiciones de los migrantes que llegan a Canarias. Tanto España como Bruselas confían en que las inversiones alivien la presión migratoria en el país.
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