"Las tensiones de estos días en la isla de Lesbos demuestran una vez más el fracaso de Europa. Una Europa cruel, cínica y despiadada ante al destino de hombres, mujeres y niños que huyen de conflictos, como el que está ocurriendo en Siria. Es una total inconsciencia continuar fingiendo no entender lo que está sucediendo en Lesbos". Es el testimonio del coordinador de Médicos Sin Fronteras en Lesbos, Marco Sandrone.
Sandrone explica que desde el verano pasado, "el aumento de llegadas ha sido exponencial y no ha tenido respuesta, por lo que durante semanas, la hostilidad y la frustración se han vuelto inmanejables, también debido a la ausencia total de las instituciones griegas".
"Hoy nuestra clínica pediátrica frente al campamento de Moria ha cerrado por razones de seguridad. No sabemos si vamos a poder reabrirla mañana, estamos esperando garantías por parte de las autoridades. La situación que vivimos aquí todos los días no es muy diferente a la de una zona de guerra. Una tienda de campaña en el campamento de Moria no es un lugar seguro para vivir. Moria es demasiado para quienes huyen de la guerra", ha denunciado.
El coordinador de Médicos Sin Fronteras ha recordado que "mientras todas las ONG pedíamos ayuda para abordar una situación que ya era incontrolable, nos encontramos con una represión violenta, con el lanzamiento de gases lacrimógenos contra los solicitantes de asilo que se manifestaban para pedir servicios básicos".
"En Europa, un continente teóricamente seguro, hemos elegido deliberadamente mirar hacia otro lado. En ocho meses hemos pasado de 6.500 personas a las más 20.000 actuales en el campo de Moria, una instalación diseñada para albergar no más de 3.000 personas", ha explicado.
El coordinador de la ONG ha detallado que en la clínica pediátrica "pasamos más de 100 consultas al día, entre ellas hay niños y niñas con enfermedades cardíacas graves, casos de epilepsia y diabetes. Pero la mayoría de los niños que acuden a nuestra clínica lo hacen por problemas causados por las condiciones de vida en las que han sido confinados: problemas respiratorios, dermatológicos, relacionados con la nutrición y psicosomáticos. Trastornos del sueño, de la concentración, el desarrollo y, sobre todo, mucho miedo. Recibimos a padres y madres que nos dicen que sus hijos e hijas ya no quieren abandonar las tiendas, que han dejado de hablar. Además del trauma de la guerra, de la huida, el sufrimiento de vivir en Lesbos roba toda esperanza a nuestros pequeños pacientes".
"Una tienda de campaña no es el lugar seguro donde esperaban vivir. Moria es demasiado para ellos. El derecho a ser niños es devorado por la miseria de un campo sin dignidad, a las puertas de Europa. Los Estados miembros de la UE se enfrentan a la verdadera emergencia: evacuar a las personas de las islas a los países europeos que pueden acogerlos, proporcionar un sistema de asilo que funcione, y dejar de atrapar a las personas en condiciones horribles. El cálculo político a costa de personas inocentes debe terminar y debe hacerlo ahora", ha reclamado Sandrone.
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